viernes, 30 de marzo de 2012

¿Romeo y... Elphaba?


^-^
ROMEO Y... ¿ELPHABA?
*-*
Lo vio, el letrero hizo a sus jades brillar como nunca antes y a su corazón palpitar a mil por hora, tenía que tomarse pecho sino, estallaría de la emoción. Todo era tan magnífico que no podía ser cierto.

“AUDICIONES PARA EL CLUB DE TEATRO”
Viernes 3 P.M., Auditorio de la Preparatoria Konoha

Hasta ahí todo iba bien, lo malo estaba en lo siguiente:

Obra: ROMEO Y JULIETA

Ese era el problema, ¿Romeo y Julieta?, no ella no estaba interesada en una obra tan… romántica, no era su estilo; ella estaba interesada en algo más profundo, más emocionante. Ella lo que ansiaba era un reto escénico, no un derroche de miel y cursilerías.

- Miren quien está interesada en la actuación, nada más y nada menos que la más freak de la escuela, la ratón de biblioteca. ¡No me digas! Espera, ¿quieres el papel de la servidumbre? –agredió a la chica la capitana de animadoras, apoyada por su sequito de rubias oxigenadas y tostadas en camas de bronceado.

- Solo estaba leyendo Tayuya –la inofensiva chica trató de huir pero las hienas le cerraron el paso.

- Por qué no mejor te vas a la biblioteca y dejas de contaminar nuestro aire… cabeza de algodón de azucar.

- ¿Por lo menos sabes donde esta la biblioteca… cabeza hueca? No lo creo, porque nunca has puesto un pie en ella, es más, creo que ni siquiera sabes leer ¿o si? ¿Quieres que te diga que dice en el cartel?

La capitana se ofendió mucho, no por lo dicho, sino porque la chica se atrevió a contestarle, estaba empezando a hacer una rabieta cuando vio pasar al equipo de football americano completo– Tú solo podrías hacer el papel de la bruja, nunca el de la princesa, estúpida –de un empujón Shion movió de su camino a la chica ajustándose el uniforme– ¡Sasuke, espera!

- Tú eres la estúpida Tayuya, en la obr de Romero y Julieta no hay brujas –pensó enojada la chica– Bruja, no suena nada mal –murmuró la pelirrosa con una sonrisa de lado– Tengo una en mente que me puede servir.

Llegó el viernes y la fila para las audiciones era más larga que la del cine cuando era el estreno de alguna tonta película romántica. Y como no, si el sentenciado a muerte, ejem, perdón, el forzado a hacer el papel de Romeo era el mismísimo capitán del equipo de football americano, uno de los chicos más codiciado de la escuela, Uchiha Sasuke. Obviamente que no era por gusto, durante el último partido, los ánimos se habían calentando y Sasuke había iniciado una trifulca por algunos insultos recibidos de parte de los jugadores que habían perdido. Como castigo, la directora le ordenó presentarse con el club de teatro y ayudarlos a formar el elenco para su próxima puesta en escena; y debido a que Sasuke ya tenía varias amonestaciones en su contra a la directora le pareció muy divertido someterlo a una humillación pública para que aprendiera a controlar su carácter o ser suspendido por dos semanas. Obviamente sin poder participar en los partidos, Sasuke podía humillarse en el escenario, pero faltar a un partido, nunca.

Las “Julietas” estaban retocando sus labios con diversas tonalidades de labiales, con espejo en mano y su kit completo de belleza. Todas querían estar listas para la prueba de actuación y ocupar el anhelado puesto de Julieta. Harían de todo para ser la novia de Sasuke, aunque solo fuera como Romeo.

- Gracias por venir señoritas, agradezco su atención, primero que nada no habrá escena de beso en esta sesión.

- ¡Ahhhh! –fue el quejido al unísono y la retirada de más de la mitad de las participantes.

- Ahora que queda la parte que tiene interés en actuar… al lado de Sasuke –lo último solo lo pensó la maestra del club de teatro– Quiero que se preparen y hagan la escena que tengan ensayada.

Y así una a una las participantes fueron pasando, todas, solicitando la asistencia de Sasuke para apoyar su actuación y que fuera la mejor. La mayoría escogió la escena del balcón, si no tenían la oportunidad de besarlo, por lo menos harían la escena más larga con mayor interacción entre los personajes de Romeo y Julieta.

Llegó el turno de Tayuya, escoltada por su sequito de arpías que daban los últimos retoques a su excesivo maquillaje se paro altivamente en el escenario.

- Sasuke, amor, por favor acércate –pidió la chica, el capitán de football estaba muy cansado, repetir tantas veces la misma escena estaba hartándolo– Yo comienzo.

- Empiecen –ordenó la maestra de actuación.

Tayuya:- ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto.

Sasuke: ¿Continuaré oyéndola, o le hablo ahora?

Tayuya:- ¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte alguna que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra denominación! De igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora. ¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio de ese nombre, que no forma parte de ti, tómame a mi toda entera!

Sasuke:- Te tomo la palabra. Llámame sólo “amor mío” y seré nuevamente bautizado. ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!

Tayuya:- ¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis secretos?

Sasuke:- ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! Mi nombre, santa adorada, me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra.

Tayuya:- Todavía no he escuchado cien palabras de esa lengua, y conozco ya el acento. ¿No eres tú Romeo y Motesco?

Sasuke:- Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan.

Tayuya:- Y dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y para qué? Las tapias del jardín son altas y difíciles de escalar, y el sitio, de muerte, considerando quién eres, si alguno de mis parientes te descubriera.

- Con ligeras alas de amor franquee estos muros –cortó su dialogo Sasuke, quería matar a la directora por haberlo metido en ese purgatorio– Suficiente, estoy harto de repetir la misma escena una y otra vez, ¿no pueden escoger otra?

- Gracias Tayuya, puedes retirarte –Sasuke se había dado media vuelta para irse– Espera Sasuke, aún queda una –la maestra revisó su lista– Haruno Sakura, pasa por favor.

Sasuke al oír un nombre más bufó exasperado, definitivamente este era un horrible castigo. Pero dentro de todos los males, algo le hizo sonreír un tanto divertido. Una pelirrosa entró al escenario con un vestido negro, terminado en puntas desiguales, le llegaba por arriba de la mitad del muslo, un sombrero puntiagudo y botas negras cortitas.

Tayuya, veía todo desde los asientos del auditorio, se había reído de que la chica llegara con ese atuendo, creía que se veía ridícula– No pudo escoger mejor disfraz, es más creo que debería vestirse así siempre.

- Hola –saludo Sakura a Sasuke con una sonrisa muy alegre, pero sin coquetear con él, solo había sido un saludo casual.

- Hola –Sasuke había quedado encantado por la fuerte personalidad que mostraba la chica.

La sonrisa burlona de Tayuya se borró al ver que Sasuke no apartaba la vista de la pelirrosa.

- Se que es una audición para el papel de Julieta, pero yo preferí hacer algo diferente –le explico Sakura  a la maestra.

- Bien, solo quiero ver que tan bien de desenvuelves en el escenario, haz tu actuación –concedió la maestra emocionada por la iniciativa de la chica.

- Puedes descansar un rato –le dijo a Sasuke con una ligera sonrisa– Mi audición no necesitara de un Romeo.

 Sasuke sonrió ligeramente y se encogió de hombros– Hn.

Sakura se acomodo el sombrero y le hizo una señal al asistente de audio. Una canción empezó a sonar.

[ Defying Gravity / Lea Michele / Wicked ]

Defying Gravity by Glee Cast on Grooveshark
Something has changed within me
Something is not the same
I'm through with playing by the rules
Of someone else's game

Too late for second-guessing
Too late to go back to sleep 
It's time to trust my instincts
Close my eyes: and leap!

It's time to try defying gravity
I think I'll try defying gravity
Kiss me goodbye I am defying gravity
And you wont bring me down!

I'm through accepting limits
'cause someone says they're so
Some things I cannot change
But till I try, I'll never know!

Too long I've been afraid of
Losing love I guess I've lost
Well, if that's love
It comes at much too high a cost!

I'd sooner buy defying gravity
Kiss me goodbye I'm defying gravity
I think I'll try defying gravity
And you wont bring me down!

I'd sooner buy defying gravity
Kiss me goodbye I'm defying gravity
I think I'll try defying gravity
And you won't bring me down!
bring me down!
ohh ohhh ohhhh!

El público presente se quedó boquiabierto ante la interpretación de “Elphaba”. Sakura hizo una reverencia y se retiro del escenario con una enorme sonrisa de victoria; corrió y se encerró en el vestidor para quitarse su vestuario. Al salir se topó, o mejor dicho se tropezó, con una gran sorpresa.

- Lo siento –se disculpo Sakura que intentaba salir de una forma discreta.

- Me gustó tu interpretación… Elphaba –dijo Sasuke interrumpiendo la disculpa de la pelirrosa.

- ¿Conoces de musicales? –Sakura se emocionó mucho al pensar que el futuro Romeo no era tan cabeza hueca como creía.

Sasuke sonrió de lado– No, la verdad es que le pregunté a la maestra que si sabía de donde habías tomado tu canción y me dijo que era el personaje de Elphaba del libro de Wicked que luego fue hecho un musical y blah blah blah, no recuerdo lo demás que me dijo.

- Si, exacto, aunque sin el blah blah blah –sonrió divertida Sakura ante la honestidad del jugador– Bueno… pues… me voy, tengo que regresar a casa.

- Espera, no creo que Elphaba sea tu nombre ¿o si?

- ¿Y si así fuera? –contestó a la defensiva la pelirrosa.

- Me gusta, pero se que no lo es y recuerdo que la maestra te llamó por otro nombre, solo que en ese momento no estaba prestando atención –se defendió Sasuke negando con las manos para evitar alguna agresión de la chica– Ya estaba un poco cansado de ser Romeo y tu sabes…

- Sakura, Haruno Sakura, mucho gusto… –dijo al aire para evitar errar el nombre del chico.

Sasuke se sorprendió ante el hecho de que Sakura no supiera su nombre, no era que no lo supiera pero prefería no equivocarse; ella era muy despistada con los nombres de personas con quienes no tenía trato, era por eso que prefería los libros– Sasuke, Uchiha Sasuke.

- Que tengas buen día Uchiha-san.

- Sasuke, solo Sasuke.

- Sasuke…kun –el honorífico causó una sonrisa en Sasuke– Nos vemos el lunes en el ensayo, adiós.

- Espera –Sasuke la detuvo por el brazo por acto reflejo– ¿Vas a ir mañana al partido?

- ¿Cuál partido? –si, definitivamente Sakura no tenía ningún vinculo con los eventos “sociales” de la escuela.

- El de football americano… –explicó Sasuke, pero la oji jade se veía aun pérdida en el tema– ¿Konoha vs Suna?

- ¡Oh! No, no tengo pensado ir.

- ¿Te gustaría ir conmigo? –Sakura se mordió el labio inferior, no estaba muy convencida de ir, ella era de libros, no de deportes y socializar a esa escala– Vamos, será divertido, además si ganamos puedes ir a festejar con nosotros, sirve que nos conocemos un poco más… Sakura, ¿Qué dices?

Sakura suspiró sonoramente– Está bien, iré contigo.

- No te arrepentirás, te lo prometo.

- Eso espero –contestó Sakura un poco aterrada.

Debía agradecerle a Tayuya, fue por la idea que ella le dio, de la bruja y la princesa que tomó el valor para florecer y atreverse a demostrar quién era en verdad. No porque la mayoría adorara a las chicas populares significaba que debía aguantar sus humillaciones y hacer lo que ellas dijeran; bueno en esta ocasión si lo había hecho, pero era para demostrarle que ella también era alguien. Y que mejor formar que mezclando lo que más amaba, el teatro y la música, dando como resultado un musical, el musical de Broadway que más le gustaba, “Wicked”. Además sentía que la canción era perfecta para poner a Tayuya en su lugar; y quien lo hubiera dicho, robarse la atención del chico más popular de la escuela sin ser ese su objetivo.

****************** FIN ******************
¿Les gustó? La canción es interpretada por Lea, que algunos la conocen como “Rachel Berry” de Glee, otros la conocerán como “Elphaba” del musical Wicked. Si quieren escuchar otra versión de la canción denle play en el reproductor de la parte de abajo y escúchenla, la que puse primero es la versión que canta “Rachel” en uno de los capítulos de Glee y la segunda es la versión completa del musical. La canción la conozco porque mi amiga, si Tavata, es super mega hiper fan de ese libro y luego se hizo del musical.


viernes, 2 de marzo de 2012

Por Algo Pasan las Cosas

NARUTO Y SUS PERSONAJES © MASASHI KISHIMOTO
"Por algo pasan las cosas" © SAKURATRC




= DÍAS MALOS =

Haruno Sakura, una chica de linda cabellera rosa, brillantes ojos color jade, sonrisa deslumbrante, como su cuerpo. Era una chica de 23 años, que se esforzaba por lo que quería, consiguió un trabajo en una prestigiada empresa de Marketing, tenía un lindo chico, muy guapo, de cabello castaño y ojos del mismo color, por novio; y una compañera de apartamento muy comprensiva y buena amiga. Pero no sabía el giro que su vida daría, tendría un mal día, bueno, malo, era poco para describirlo.

Primero, su despertador no había sonado, justo el día de una junta muy importante; pero eso no fue todo, en su “agradable” mañana.

Entró a la regadera para darse un baño de menos de cinco minutos, lamentablemente no había agua– ¿Qué demonios? –oh, sí claro, había una fuga en la red principal de abasto en la calle y le avisaron, con anticipación, que cortarían el suministro a las siete de la mañana. Asomo la cabeza a su reloj, ya eran 7:15 am y ella entraba a las 8:00 am– Maldita sea –se quejo saliendo envuelta en una toalla, para calentar un poco de agua y poder darse el baño.

Bien, un día tan malo no podía empeorar ¿o sí? Claro que podía, llego a la oficina justo cuando el reloj marcaba 8:30; y llego tan apresuradamente, que no se dio cuenta que la secretaria, de su jefe, caminaba torpemente con una charola llena de tazas de café; las cuales vertió encima de la pelirrosa.

- Sakura-san, cuanto lo lamento –dijo la joven mujer.

- Yo también, no sabes cuánto –gruño molesta, aguantándose las ganas de ahorcarla; afortunadamente, siempre tenía un cambio de ropa en su pequeña oficina.

Corrió inmediatamente al baño a cambiarse, lamentablemente, no era algo muy idóneo para la junta que tendría después de la comida, no algo que le gustaría vestir. Falda sastre unos dedos debajo de la mitad del muslo, una blusa blanca de tirantes y un saco corto; estaba viéndose en el espejo del baño cuando su asistente entro– Sakura-san, el jefe de mercadotecnia pregunta por usted.

- Ya voy, ya voy –dijo tomando la ropa sucia y metiéndola rápidamente en la maletita de donde saco su atuendo limpio– Toma, lleva esto a mi oficina, por favor.

Caminó por los pasillos ajustando su ropa, bajo las miradas indiscretas de sus compañeros de trabajo, tuvo la última junta previa a mostrar la nueva campaña para una gran compañía de cosméticos; su jefe le hizo unos cuantos comentarios y le pidió que cambiara algunas cosas. Sakura no estaba muy contenta con los cambios sugeridos, pero accedió por respeto al hombre que tantos años llevaba en el negocio; y también para salir cuanto antes de la oficina, sentía que en cualquier momento se le lanzaría encima para violarla, cosa que le provoco escalofríos.

Por lo menos tendría una comida relajante con su novio, o eso era lo que creía, hasta que vio llegar al susodicho acompañado de su amiga, con la que compartía apartamento. Ambos le dieron la noticia, estaban enamorados y no podían ocultarlo más, no había sido su intención y que lo lamentaban. La pelirrosa sintió como si le partieran el corazón en dos, era peor que solo una traición, era una traición doble.

El tiempo se le había pasado volando tratando de comprender lo que había sucedido, no solo dos de las personas en quienes más confiaban la había engañado en el aspecto sentimental; sino que la habían, prácticamente, corrido del apartamento, que a ella, tanto trabajo le costó encontrar. De nuevo se le había hecho tarde, su asistente le indico que los clientes ya estaban en la sala de juntas.

Entró a la pequeña habitación, donde varios hombres y mujeres le esperaban, las miradas masculinas se fijaron inmediatamente en ella, en una forma que no era muy profesional; las miradas femeninas parecían reprocharle su vestimenta, envidia pura.

- Haruno-san, la esperábamos, que gusto contar con su presencia –dijo irónico el jefe de jefes de su trabajo, que para ser más precisos, era jefa.

- Si, lo siento es que hoy no ha sido mi mejor día, pero no estamos aquí para hablar de mí, sino de la campaña publicitaria del producto –y así fue como empezó su presentación, la cual no era la que ella había preparado, sino una versión no terminada y muy mal estructurada. La confundió al regresar de comer, la noticia de su, ahora, ex novio y su, ahora, ex amiga, la habían hecho perder la cabeza.

Trató de salvar la situación, pero los clientes perdieron el interés y se retiraron. La jefa de Sakura la reprendió severamente, y termino prescindiendo de sus servicios, es decir, la había despedido y hecho sacar de la empresa en el acto.

La ojijade caminaba sin rumbo fijo, no quería regresar a casa y enfrentar la triste realidad, que ya no era bienvenida en su propio hogar; para empeorar la situación, una tormenta se desato, inundando calles y desatando un frío endemoniado. La gente corría para escapar de la lluvia, y ella ni sombrilla traía, era una sopa andante. Nadie tomaba en cuenta al pequeño ser roto y desvalido, en que se había convertido Sakura. Siguió caminando sin prestar atención a su alrededor, solo escucho la bocina de un automóvil y todo se volvió oscuro.


= DÍAS BUENOS =

Era el mejor día para él, había convencido a su estúpido (mejor) amigo de mudarse a otro apartamento con su novia; se había deshecho del “dobe”, ese día iba la mudanza a recogerlo todo.

- Teme, me divertí mucho mientras duro –le sonrió un rubio.

- Yo diría que duro más de lo que hubiera deseado, dobe –contesto el otro chico recargado en la puerta.

- Si claro, sé que me extrañaras –dijo el chico cargando la última caja con sus pertenencias.

- Hinata, por favor, no le sueltes la correa, no quiero que regrese.

Una joven pelinegra rio bajito– Lo intentare Sasuke.

Uchiha Sasuke, joven de 25 años, alto, pelo negro, ojos del mismo color y tan enigmáticos, piel ligeramente morena, hijo de un famoso comerciante; aunque la vida no le sonrió, nunca se dio por vencido. Su padre no lo considero digno heredero de su empresa, por lo que abandono a su familia, para probar suerte. Estudio comercio internacional, bajo la protección de su maestro, entro a trabajar en una empresa dedicada a la importación y exportación de todo tipo de mercancía. Era un joven inteligente, prometedor, trabajador y de duro carácter; lo que le ayudo a escalar rápidamente y colocarse dentro de los mejores negociantes.

Esa mañana pintaba maravillosa para él, el sol se escondía entre las nubes y eso le encantaba, le gustaban los días fríos y lluviosos. Las cosas iban de bien en mejor, condujo su auto deportivo por las calles, extrañamente, desoladas de la ciudad. Tenía un almuerzo de negocios muy importante, cerraría el primer negocio multimillonario de su carrera.

La reunión se realizo en un lujoso restaurante, con platillos sumamente exóticos, que deleitaron el paladar de los comensales. Y no solo el paladar se vio embelesado, sino también la vista de la encargada de negociar el trato; el cual fue exitosamente cerrado durante la sobremesa.

- Sasuke-san, ¿permanecerá al pendiente de nuestro negocio no es cierto?

- Tanto como usted me lo requiera –contesto en un tono coqueto y con una sonrisa de lado.

Las cosas estaban mejorando, en cuanto regreso a su oficina, su secretaria le pasó los recados acumulados durante su ausencia; uno pertenecía a su “acosadora personal”, como él la había nombrado, le pedía que se comunicara con ella en cuanto pudiera– Kami, ¿y ahora qué querrá? –marco el número escrito en el pequeño papel y espero– Karin, ¿Qué sucede? –pregunto hastiado en cuanto contesto la chillona voz al otro lado de la línea.

- Sasuke-kun, es que me voy a ir de viaje y quería saber si podrías llevarme al aeropuerto.

- Lo siento, tengo mucho trabajo.

- Pero si todavía no te digo cuando me voy.

- Mira acabo de cerrar un negocio muy importante y no puedo perder el tiempo contigo, así que, que te vaya bien, diviértete –dijo y colgó el teléfono.

Por fin, vacaciones de la cacatúa esa, ¿en que estaba pensando cuando se le ocurrió salir con ella? No era nada formal, solo encuentros ocasionales y nada más; pero ella ya se sentía la novia formal del moreno.

Estaba dándose un merecido respiro, cuando su secretaria le aviso que su jefe quería verlo, gustoso se levanto y se dirigió a la oficina de quien lo solicitaba. Entro y cuál fue su sorpresa, una muy desconcertante, que se encontró con el dueño de la empresa, a su jefe y al resto de los gerentes.

- Sasuke-san, toma asiento por favor –invitó el hombre mayor, dueño de la empresa.

- Sí, señor, gracias –el ojinegro tomó asiento y miró a su alrededor.

- Nos reunimos todos, porque queremos darte una noticia –hizo una pausa que aumento el nerviosismo del joven, pero supo esconderlo muy bien– Hemos decidido nombrarte gerente regional.

La noticia dejo al Uchiha con la boca abierta– No sé cómo agradecérselo.

- Ya lo hiciste, al cerrar esta mañana el negocio con la empresa de productos farmacéuticos.

El festejo no duro mucho, el nombramiento sería oficial en un par de días; por lo que le dieron el resto de la tarde libre al joven.

Sasuke estaba tan deslumbrado con su nuevo nombramiento que decidió ir a celebrar a un bar que estaba cerca de su casa. Llego a su apartamento, que ahora era solo para él, se cambio y salió a buscar una nueva aventura, con quien festejar su ascenso.

Como quedaba a unas cuadras decidió ir caminando, mala elección, no había terminado de recorrer dos cuadras cuando la lluvia lo había empapado. Pero nada podía arruinar su día, era perfecto. Se detuvo en la esquina a esperar que el semáforo peatonal cambiara y pudiera continuar su andar, cuando algo llamo su atención; al principio pensó que sería una gorra o cualquier otra cosa, menos una cabellera ¿rosa? Qué color tan extraño. Aunque más extraño se le hizo ver que la dueña de esa cabellera no detuvo su andar e intento cruzar la calle, cuando un enorme camión se acercaba en su dirección tocando la bocina. En un rápido movimiento, abrazo la pequeña cintura de la chica y se tiro con ella de espaldas para evitar ser atropellados.


= DIAS INOLVIDABLES =

Dicen que por algo pasan las cosas, a veces cuando una situación parece la más terrible de todas, puede traer algo bueno a tu vida, puede mejorarla o simplemente hacerla maravillosa.

Y eso fue lo que les paso a Sasuke y Sakura, después de que el moreno evitara que la chica tuviera un terrible accidente, la llevo al hospital. Tuvo una fiebre horrible por un par de días, y aunque el Uchiha no tenía nada que ver con ella, se mantuvo al pendiente de su condición; visitándola antes de ir al trabajo y al salir.

- Haruno-san, tiene visita –anunció la joven enfermera– Es su salvador –le susurro bajito.

- Gracias –la pelirrosa se “arregló” lo más que pudo– Por favor, dile que pase.

Un apuesto hombre de traje entro a su habitación– Buenas tardes, espero que no le moleste que el doctor me haya avisado de su despertar.

- Oh, no por favor, soy yo la que deseaba verlo para agradecerle… por salvar mi vida –dijo bajito sonrojándose.

Una sonrisa arrogante adorno el varonil rostro– Dígame Haruno…

- Sakura –interrumpió la ojijade– solo Sakura está bien.

- Entonces llámame Sasuke –ordenó en un tono muy coqueto.

Así comenzó la amistad entre ellos, Sakura le conto lo que había sucedido durante su día, uno lleno de calamidades e infortunio; su trabajo, su novio y su apartamento, todo lo perdió en menos de doce horas. Sasuke, no sabía porque, pero se sintió mal por la chica, así que le ofreció alojamiento en lo que encontraba un trabajo y lugar donde vivir. La pelirrosa trato de rechazarlo, argumentando que hablaría con algunos amigos y les pediría ayuda; pero el ojinegro insistió tanto que no pudo negarse.

En cuanto salió del hospital, Sasuke, la acompaño por sus cosas a su viejo apartamento, dejando boquiabiertos a su ex novio y ex amiga, al ver a semejante hombre a su lado. Sakura no pudo evitar sonreír con cierta arrogancia; el moreno, no solo la ayudo a mudarse, sino que había hecho sentir como escoria a los que la traicionaron.

A la pelirrosa no le gustaba vivir a costa de su benefactor, así que le propuso un trato; en lo que encontraba trabajo, ella se encargaría del aseo de su hogar temporal, y de prepararle el desayuno y la cena; cosa que no le pareció mala idea.

Aunque al principio fue difícil acostumbrarse a la presencia del otro, no les tomo mucho tiempo para acoplarse y llevar una sana convivencia. Al pelinegro le agradaba salir del baño y que el aroma a café recién hecho inundara el lugar, aspiraba tan hondo como podía. En cuanto estaba vestido, salía rápidamente a ver lo que la ojijade había preparado para desayunar, casi siempre era pan tostado, fruta y café negro.

- Buenos días.

- Buenos días Sasuke-kun –la confianza entre ambos había crecido bastante– ¿Hoy si vas a venir a cenar?

- Espero que sí –dijo dándole un mordisco al pan.

Había ocasiones en las que el trabajo de Sasuke le dificultaba el regresar temprano a casa; o incluso debía salir en viajes de emergencia. Situación que no le agradaba mucho, se había acostumbrado a que la vocecilla de Sakura se asegurara que se había levantado y le avisara que el desayuno estaría listo en cuanto saliera de ducharse. Los viajes de negocios, habían pasado de ser divertidos y placenteros, a ser meramente negocios. Y no era que no confiara en la pelirrosa, solo era que no le gustaba dejarla tanto tiempo sola.

Solo que el tiempo que Sakura había previsto de abusar de la confianza de Sasuke, comenzaba a volverse un tanto incomodo, para ella. Llevaba tres meses tratando de conseguir trabajo, pero debido a que era fin de año, resultaba triplemente difícil encontrar vacantes. Comenzaba a desesperarse, pero el joven amablemente le había dicho que no se preocupara, que con sus habilidades y carisma, pronto encontraría trabajo.

Como cada año, desde que se separo de su familia, Sasuke festejaba el año nuevo en compañía del dobe y sus amigos; aunque él no tenía un espíritu festivo muy desarrollado.

- Buenas noches –saludó Sakura entrando a la casa.

- Hola Sakura-chan, ¿no te costo trabajo sacar al ogro de la casa?

La pelirrosa rió– No Naruto, créeme, fue más sencillo de lo que creí.

- Hmp –gruño-sonrió Sasuke cerrando la puerta tras de él.

- Que bueno que vinieron, bienvenidos –Hinata los recibió con una sonrisa.

- Gracias por invitarnos –agradeció la ojijade entregando un pastel.

- Que rico se ve –se saboreo la pelinegra.

- Espero que sepa rico –deseo el moreno viendo el alimento por encima del hombro de Sakura– Le tomo todo el día hacerlo –termino de decir recibiendo un codazo en el estomago.

- Por supuesto que esta rico –regaño la chica al pelinegro.

Hinata y Naruto intercambiaron miradas cómplices, al ver la “discusión” de sus amigos, que solo eran amigos, pero que parecían recién casados.

- Pasen, pasen –invito el rubio tomando sus abrigos– Sakura-chan, ven te voy a presentar.

Esa noche fue maravillosa, Sakura no había podido conocer a los amigos de Sasuke por falta de tiempo, pero podía ver que todos eran tan diferentes. Y para su fortuna, no solo hizo amigos nuevos, sino que consiguió trabajo; la empresa de una imponente rubia de coletas, necesitaba alguien que les ayudara a manejar la publicidad de un nuevo producto que lanzarían al mercado. La pelirrosa gustosamente acepto, después de encontrar trabajo, solo le faltaba, encontrar donde vivir y  dejar de ser una molestia en la vida de Sasuke, a quien le agradecía de corazón todo lo que había hecho por ella.

Aunque al ojinegro, parecía tener sentimientos encontrados, por un lado era maravilloso el hecho de que la chica encontrara trabajo; pero por el otro lado, sabía perfectamente lo que eso significaba, ella buscaría un lugar donde vivir.

Las fiestas terminaron, y Sakura se incorporo a su nuevo trabajo, solo que para mala suerte de ella, no podía encontrar un apartamento pequeño de acuerdo a su salario; y buena suerte de Sasuke, ella estaría un poco más de tiempo con él.

Una noche después de mucho trabajo Sasuke regreso cansado a casa– Hola –fue lo único que dijo.

- ¿Qué crees Sasuke-kun? –canturreó la pelirrosa saliendo de la cocina con un delantal.

- ¿Hm? –pregunto tirándose en el sillón con los ojos cerrados.

- Ya encontré un apartamento –Sakura se veía tan feliz, pero para Sasuke era todo lo contrario.

- Que bueno –sus respuestas eran tan cortantes, que el medidor de alegría de la pelirrosa, bajo una rayita.

- Está un poco lejos de aquí, pero podrías visitarme.

- Gracias –otra rayita menos al nivel de alegría.

- El casero dijo que podría mostrármelo el sábado –trató de contagiarlo de emoción, siendo caso perdido.

- ¿Y? –menos una rayita.

Sakura agachó la cabeza triste– Esperaba que pudieras acompañarme a verlo.

- ¿A qué hora? –una luz de esperanza se encendió en los jades.

- A las diez de la mañana.

- Es muy temprano –luz que se extinguió rápidamente– porque no le pides a alguien más que te acompañe –comento-ordeno retirándose a su cuarto con la excusa que estaba cansado y que no tenía hambre.

Llegó el sábado, y Sakura salió silenciosamente del apartamento de Sasuke; la noche anterior había tenido una cena de negocios y regreso hasta entrada la madrugada, así que no quería molestarlo. El comportamiento del moreno no había sido del todo agradable, si llegaban a verse él le contestaba con monosílabos; la situación le dolía mucho a la pelirrosa, provocándole el llanto al recordarlo. Pero rápido recobro el ánimo, se recordaba que pronto ese capítulo de su vida quedaría atrás, volvería a ser libre e independiente y no sería más un estorbo.

En cuanto llego al pequeño edificio, quedo fascinada, el lugar era muy bonito, con rasgos ligeramente viejos, pero muy bien conservado. Un hombre, con la descripción que le había dado por teléfono se acerco a ella.

- Usted debe ser Haruno Sakura, ¿no es cierto? –saludó cortésmente haciendo una leve reverencia.

- Si, mucho gusto.

- Venga pase por aquí, le mostrare el apartamento –dijo cediéndole el paso al interior del edificio.

- Muchas gracias.

Subieron por un pequeño ascensor, del tipo que uno tiene que cerrar la puerta, esos detalles le encantaban a la pelirrosa. Se detuvieron en el quinto piso, el hombre saco una llave y le abrió la puerta para que pasara. El lugar era más que grandioso, tenía excelente iluminación natural, grandes ventanales, aunque solo eran dos habitaciones, una abarcaba la cocina, la sala y el comedor; y una planta alta que hacía el papel de cuarto y baño.

- Es lindísimo.

- ¿Entonces firmamos el contrato?

- Ella ya tiene en donde vivir –una voz varonil resonó en el lugar.

- Sasuke-kun –balbuceo la pelirrosa.

- ¿Disculpe? –pregunto el hombre.

- No hay razón para que ella busque apartamento, porque vive conmigo –declaró seguro.

- Pero… pensé que ya no querías que viviera contigo.

- Tsk, no era eso –contesto rodando los ojos.

- Haruno-san, lamento decir esto, pero tengo tres clientes más interesados en este lugar.

- Espere un momento, ¿sí? –ordenó confundida– Explícate.

Sasuke la jalo del brazo alejándose del espectador– Quiero que vivas conmigo.

- ¿Por qué? si ya no me soportas –su cabeza estaba hecha un lio, no entendía al pelinegro.

- No entiendes –le dijo tomando su rostro entre sus manos– No quiero vivir sin ti.

- Sasuke-kun… yo… –pero no pudo terminar la frase porque Sasuke le estampo tremendo beso, lleno de amor, necesidad y deseo.

- Haruno Sakura ¿quieres pasar el resto de tus días viviendo bajo el mismo techo conmigo?

- Claro –aunque no era propuesta normal, Sakura supo interpretarla– Uchiha Sasuke.

La noticia corrió como pólvora, la boda fue organizada con ayuda de todos los amigos de Sasuke, con quienes Sakura había formado una gran amistad, obvio que también con ayuda de sus amistades. Su mejor amiga sería la madrina, Ino, estaba más que encantada, parecía que era ella la que se casaría. Y a pesar de decir, que no era su mejor amigo, Sasuke, le pidió a Naruto que fuera su padrino; el rubio no cabía en sí mismo, de la felicidad. La ceremonia se fijo para seis meses después, es decir, el día en que Sasuke rescato a Sakura de ser atropellada. El peor día para ella y el mejor para él, un año después, se volvió el día más inolvidable de sus vidas.

La gente siempre dice… Por algo pasan las cosas, ¿no?


= FIN =


Bien, esto es un debraye producto de muchas cosas, una idea al despertar, una noche sin dormir, y la última, la mala suerte que me sigue aquejando, el día de ayer, rompí un florero y fundí la televisión de la sala. Espero que la mala suerte se vaya de mi lado, sino, no quiero salir de cama, nunca más.


Sin más que decir, les mando besos y abrazos, al ratín subo el siguiente capítulo de Sálvame.