DISCLAIMER: NARUTO Y SUS PERSONAJES ©
MASASHI KISHIMOTO
“Ventanas del alma” © SAKURA_TRC, 2013
“Ventanas del alma” © SAKURA_TRC, 2013
Summary: La
Unidad de Delitos Mayores de la policía de Tokio, tiene uno de los mejores
records de arrestos de toda la ciudad. Sus excelentes resultados recibirán la ayuda
de una chica con habilidades poco comunes y cuya enigmática personalidad parece
atraer los problemas. Uniéndose al equipo, resolverá misteriosos casos,
iniciando una excéntrica relación entre detective y colaboradora.
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VENTANAS DEL ALMA
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VENTANAS DEL ALMA
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Capítulo 1 "TESTIGO, COMPLICE O ¿PERPETRADOR?"
- ¿Qué tenemos? –preguntó un hombre de
cabello negro con destellos azulados, lentes oscuros, con un saco, la camisa de
fuera y jeans, de aspecto bastante desalineado.
- Hombre, de entre 35 a 40 años, fue
encontrado por el camión de sanidad que pasaba a recoger la basura de éste
callejón, tiene alrededor de 62 horas muerto, el arma fue una calibre 22
disparada dos veces –explicó un rubio vestido con jeans y una sudadera con
capucha– Parece ser que fue un robo que salió mal, su cartera estaba vacía y tirada
junto a él sin dinero, ni tarjetas de crédito, ni siquiera dejaron las
identificaciones.
El moreno se agachó junto al cadáver y
revisó sus bolsillos– Ese calibre de arma es muy popular en las calles.
¿Encontraron el casquillo?
- Si, uno está junto al cuerpo y el otro a
unos pasos, fueron disparos a quemarropa.
- Entonces las balas… –el moreno tomó el
cuerpo y lo giro un poco para ver la espalda– lo atravesaron.
- Los técnicos ya están buscando los
casquillos.
- Tomen fotografías de los curiosos –pidió
el pelinegro mirando recelosamente a través de sus gafas de sol– Tal vez entre
ellos este nuestro sospechoso. Empaquen todo y etiquétenlo, esto es un caso como
cualquier otro –murmuró harto.
- Ya lo oyeron muchachos a trabajar –les
apresuró el rubio.
El moreno pasó por debajo de la cinta que
delimitaba el paso de los curiosos a la escena del crimen; de camino a su auto
chocó contra un transeúnte, pero no pidió disculpas y siguió su trayecto. Se
subió al auto y se tiró contra el asiento, se veía cansado y fastidiado, cada
semana era lo mismo. Los llamaban para robos que terminaban mal, y todo porque
la gente ya estaba harta de que les quitaran el dinero por el cual habían
trabajado tan duramente. Lamentablemente la economía del país no ayudaba en
nada a la situación de los ciudadanos. Desempleo y altos precios en los
productos de consumo diario afectaban a la población.
El hombre de ojos azules abordó el auto y se
acomodó en el asiento del copiloto tranquilamente.
- ¿Qué quieres? –masculló el oficial en el
lado del piloto.
- ¿Ya desayunaste?
- No.
- Vamos, yo te invito –dijo el rubio girando
la llave del auto y encendiendo el motor, el piloto suspiró derrotado y comenzó
a conducir a su, ya acostumbrado lugar de desayunos, comidas, cenas y
aperitivos de media noche.
El silencio en el auto era tranquilo, eran
de los pocos momentos en que ambos detectives podían estar sumidos en sus
pensamientos y no se molestaban entre ellos.
- ¿No te parece raro? –dijo el moreno.
- ¿Qué?
- Si robas a una persona, ¿por qué matarlo
a quemarropa? Un ladrón nunca se acerca tanto a su víctima.
El rubio gruñó pensativo– Tienes razón, los
asaltos que terminan en muertes por lo regular son accidentales. Cuando son a
quemarropa es porque forcejearon por el arma y se disparó por error –los ojos
azules se entrecerraron recordando la escena– Este tipo de muerte fue más de tipo…
- Ejecución –terminó la frase el moreno.
- ¿Cómo no me di cuenta antes? –dijo el
rubio golpeándose la frente con la palma de la mano.
- Simple… usuratonkachi –le contestó
sonriendo de lado, el pelinegro había visto en menos de cinco minutos lo que el
rubio no había podido en una hora.
- Que chistoso eres teme.
Justo delante de su merendero favorito, el
moreno dio vuelta y regresó por donde venían– Vayamos a la oficina y busquemos
si alguien reportó como desaparecido a nuestra víctima.
- ¿Y el desayuno? –los ojitos azules se
llenaron de agua al ver que se alejaban del “desayuno”.
- Puedes pedirle a Hinata que te lleve algo
a la oficina.
La idea iluminó los ojos azules y la vida
volvió al joven hombre, sacó su móvil y marcó– Buenos días Hinata, ¿podrías
hacerme un favor? … Gracias amor, por eso te amo tanto, ¿podrías llevarnos algo
para desayunar? Si, el caso de esta mañana resultó ser algo más que solo un
robo … –el rubio se alejo ligeramente el móvil de la cara para hablar al
conductor– Dice que si quieres algo, ¿café, un emparedado?
- Café por favor, que el de la oficina sabe
horrible –pidió con una mueca de asco al recordar el sabor de la bebida, que
aunque era su favorita, la de la oficina resultaba extremadamente desagradable–
Y lo que sea que te traiga que me traiga uno igual, menos rameen, es muy
temprano para eso.
- ¿Oíste amor? Tráenos unos emparedados por
favor y dos cafés extra grandes, gracias corazoncito, nos vemos en un rato.
Adiós –se despidió y envió un beso vía telefónica.
Al llegar a la jefatura de policía el rubio
vio que su compañero tenía algo en la camisa– Sasuke, espera.
- ¿Qué sucede Naruto?
- Tienes algo pegado –dijo el rubio y quitó
un papelito de la ropa de su compañero– Es una de esas notitas auto-adheribles.
- A ver –Sasuke arrebató el papel de las
manos de su amigo con poca, o nada, delicadeza.
CONFUSIÓN DE IDENTIDAD
doble vida
apuestas clandestinas
bar “la roca”
Av. 1 # 43
doble vida
apuestas clandestinas
bar “la roca”
Av. 1 # 43
- ¿Qué dice? –Naruto miraba por encima del
hombro de Sasuke, tratando de leer el contenido del papel.
- Lleva esto a evidencias, que busquen
huellas.
El rubio sacó una bolsa de su pantalón para
guardar el trozo de la posible evidencia y metió el papelito dentro– ¿Crees que
esté relacionada con nuestro caso?
- No lo sé, pero quiero averiguar quien
intenta jugar con nosotros.
- Sasuke, Naruto –llamó otro joven– El
capitán los espera en su oficina.
- Gracias Kiba, podrías llevar esto a
evidencias –pidió Naruto firmando la bolsa y entregándosela al castaño.
- Claro, no hay problema –al igual que
Naruto, Kiba firmó la bolsa de evidencia para asegurar la cadena de custodia.
Naruto y Sasuke se dirigieron a una oficina
al final del pasillo. Tenía grandes ventanas con persianas que el superior cerraba,
de vez en cuando, para mantener algunos problemas en privacidad. Tocaron la
puerta para anunciar su llegada y una masculina voz les concedió el paso.
- Buenos días capitán Kakashi –saludó el
rubio.
- Buenos días Naruto, Sasuke –un hombre
maduro les dio la bienvenida. Estaba ataviado con un pantalón de vestir,
tirantes y una camisa blanca. El hombre tenía el cabello grisáceo, ojos del
mismo color y un parche en el ojo izquierdo.
- Hn.
- ¿Qué tenemos? ¿Un robo que terminó mal
como dijeron o es algo más?
Naruto y Sasuke intercambiaron miradas– Aun
no tenemos nada seguro –explicó Sasuke tomando la palabra– Pero hay sospechas
de que trataron de encubrir el homicidio con un supuesto robo, las heridas de
bala son a quemarropa, creemos que encajan más con una ejecución.
Kakashi buscó una afirmación en el rubio,
encontrando una lamentable confirmación– ¿Alguna identificación?
- Vamos a correr la base de datos de
personas desaparecidas, esperamos encontrar algo –expresó Naruto– Aunque
tenemos otra cosa.
- ¿Qué?
- Cuando bajamos del auto encontré un trozo
de papel en las ropas de Sasuke, no sabemos que sea exactamente pero Kiba lo
llevó a evidencias para buscar huellas, o lo que sea que nos diga si tiene que
ver con el caso o si solo es basura.
- ¿Qué decía el papel?
Sasuke miró al techo e hizo memoria, nada
difícil para él– Es una especie de lista y una dirección, dice, confusión de
identidad, doble vida, apuestas clandestinas, bar “la roca”, Av. 1 # 43.
Kakashi se tornó pensativo– Identifiquen a
su víctima, yo hare unas llamadas para averiguar de ese bar o descartar esa
información y que no les quite tiempo.
- Gracias capitán –dijo Naruto saliendo de
la oficina seguido de Sasuke– Voy a correr la base de datos de personas
desaparecidas.
- Bajaré a evidencias para que me hablen de
la nota.
- Pero Kakashi dijo que no perdiéramos
tiempo con eso –contradijo sentándose a su escritorio y poniendo a trabajar su
computadora.
Sasuke estaba muy intrigado con el
insignificante papel– ¿Qué más puedo hacer? Además tengo un presentimiento con
ese trozo de papel, creo que nos llevara a algo importante.
Sasuke bajó al lugar donde los expertos en
evidencias buscaban rastros que los llevara a resolver los casos. Una joven
rubia tenía el pedazo de papel que Naruto había encontrado.
- ¿Ino? ¿Dónde esta Hinata?
- Fue a entregarle su almuerzo a Naruto.
- Entiendo, hace unos momentos Kiba bajó
algo, ¿ya lo tienen listo?
- Claro, la maquina esta buscando
coincidencias –y en ese preciso momento un bip sonó– Mira, ya está.
- ¿Qué tienes para mí? –preguntó ansioso
Sasuke.
- Mucho amor y un deseo incontenible de que
salgamos a divertirnos –dijo de manera sensual y juguetona.
Sasuke enarcó una ceja– Sabes que te puedo
denunciar por acoso sexual en el trabajo.
- ¿Qué quieres? No puedo resistirme a los
hombres guapos.
- Pues aguanta… por lo menos hasta que
salgamos de la oficina.
- Trato hecho –acordó la rubia extendiendo
la mano para cerrar su acuerdo.
- Ahora que tenemos un arreglo, podrías
decirme algo de la evidencia que trajo Kiba.
La rubia dio un giro sobre sus talones y
señaló la pantalla del computador– El papel es el típico de las notas auto
adheribles, pueden ser compradas en cualquier papelería, la tinta es de una
pluma de gel, puedo determinar su fabricante pero no nos ayudaría a determinar
en donde se compró.
- ¿Algo que si me puedas decir? –preguntó
perdiendo la paciencia.
- Si, fue escrita ayer, no tiene huellas
–expuso la rubia mostrando un escaneo del papel– El autor tuvo mucho cuidado de
no dejar rastros de su identidad.
- Eso quiere decir que no tenemos nada.
- Yo no diría eso –interrumpió un castaño
de coleta– La nota fue escrita por un adolescente –Ino y Sasuke miraron la
amplificación del papel buscando lo que su compañero veía– Parece ser una
persona introvertida.
- Bien, ahora solo tengo que buscar en la
mitad de la población joven de la ciudad –dijo exasperado Sasuke– ¿Algo más que
me sea útil Shikamaru?
- No parece que estuvo de acuerdo con
escribirla, sus trazos se ven forzados.
- Entonces es basura –interrumpió Ino
molesta por haber perdido su valioso tiempo analizando la nota.
- No lo creo –negó Shikamaru.
El teléfono detuvo la charla, rápidamente
la rubia respondió– Evidencias, habla Yamanaka … si Naruto, ahora mismo le
digo, bye –la rubia colgó el aparato– Tu compañero dijo que ya sabe la identidad
de la víctima, que subas si quieres acompañarlo a ver a la familia.
Sasuke no perdió tiempo y alcanzó a su
amigo en la salida al estacionamiento, subió al auto y dejó que su compañero le
pusiera al tanto– Nuestra víctima es un padre de familia, corredor de bolsa, no
tiene ni una multa de tránsito, se extravió hace tres días –mientras Naruto
conducía el moreno revisaba la información con más detalle– Por la dirección de
su oficina, iba de camino al trabajo cuando lo sorprendieron, su esposa lo reportó
como desaparecido por la noche cuando no regresó a casa.
- Aquí dice que tiene auto –dijo Sasuke al
leer la información– ¿Por qué no lo usó esa mañana?
- Tal vez no lo encontramos y este por ahí
perdido –conjeturó Naruto, se agacho un poco para mirar a la casa a la que
llegaban, era un lindo lugar– Es aquí.
- En el garaje hay dos autos estacionados
–el pelinegro revisó los papeles– Una de las matriculas corresponde al auto de
la víctima.
Estacionaron frente a la casa mirando a sus
alrededores, el vecindario se veía tranquilo; el lugar perfecto para formar una
familia. Naruto tocó a la puerta, el momento que más odiaban y que cada vez se
volvía más frecuente estaba por pasar. Una mujer entreabrió la puerta.
- ¿Si?
- Buenas tardes señora, soy el detective
Uzumaki y este es mi compañero el detective Uchiha, ¿podemos pasar?
La mujer buscó un poco de esperanza en los
oficiales, permitiéndoles el paso– ¿Es sobre mi marido? ¿lo encontraron?
Naruto siempre se llevaba la tarea más
difícil, explicar a los familiares de las victimas sobre los desafortunados
eventos– Señora por favor siéntese.
- ¿Por qué? ¿Qué pasó? –preguntó la señora
tomando asiento, imaginándose que algo malo le había pasado a su ser amado– ¿Mi
esposo está bien?
- Lamento decirle que tiene que
acompañarnos a la estación –pidió con pesar Naruto mientras Sasuke analizaba la
casa buscando pistas adicionales que le ayudaran a comprender el caso– Aun no
estamos seguros, esta mañana encontramos un cuerpo en la ciudad y necesitamos
que vaya a reconocerlo.
La mujer estalló en llanto, creía imposible
que su esposo estuviera muerto.
- Señora –Sasuke se agachó frente a ella
tendiéndole un pañuelo– Esto es muy difícil para nosotros y entiendo que lo es
más para usted; pero necesitamos identificar el cuerpo para acelerar la
investigación y averiguar qué fue lo que le pasó a este hombre.
- Entiendo, solo permítanme pedirle a mi
vecina que cuide de mi hijo y hablarle a mi cuñado para que me acompañe.
- Claro, nosotros la esperaremos afuera
para llevarla a la estación –avisó fríamente Sasuke saliendo de la casa.
Al llegar a la estación, bajaron al sótano
donde se encontraba la morgue, Naruto se aproximó a una ventanilla– ¿Está
segura que no quiere esperar a su familiar? El cuerpo está un poco deteriorado
por el tiempo que estuvo a la intemperie.
La mujer negó con la cabeza, como le había
dicho Sasuke, era mejor apresurar las cosas para descartar la posibilidad de
que la víctima fuera su marido.
- Hazlo Naruto –ordenó Sasuke.
El rubio dio unos ligeros golpes en el
cristal y una cortina se corrió dejando ver el cuerpo con claros signos de
descomposición. La mujer asintió derrumbándose de la impresión– Si, es mi
esposo.
- ¿Cómo se atreven a someterla a esta
barbarie? –preguntó el hombre que recién aparecía abrazando a la mujer.
Sasuke y Naruto se llevaron una enorme
sorpresa, la víctima y el hombre frente a ellos, eran idénticos.
- Naruto, lleva a la señora a la enfermería
–ordenó Sasuke– Usted, acompáñeme por favor –dijo señalándole el camino al
hombre.
- ¿Me podría explicar que le pasó a mi
hermano? –demandó el hombre sentándose en una silla que le ofreció Sasuke
dentro de una pequeña salita.
Sasuke guardó paciencia y sirvió dos tazas
de café, ofreciendo una al hombre– Creemos que fue víctima de un robo
frustrado, pero no estamos tan seguros.
- Mi hermano es muy precavido, dudo mucho
que se haya expuesto a esa clase de delincuencia.
- Señor, ¿Por qué su hermano no usó su
coche esa mañana?
- El mío estaba descompuesto y debía hacer
un viaje un poco lejos, él me ofreció prestarme el suyo –el hombre se consterno
notoriamente– ¿No me diga que fue mi culpa?
- No señor, yo no digo eso…
- ¡No puede ser! Si no me hubiera prestado
su auto, no estaría muerto –se recriminó ante la posibilidad de ser un culpable
indirecto.
Sasuke seguía imperturbable ante la
angustia del hombre– ¿Su hermano tenía problemas con alguien?
- No, él era un hombre de familia, siempre
fue recto, ¿Por qué lo pregunta? ¿No dice que fue víctima de un asalto?
Kakashi interrumpió la conversación–
Sasuke.
- Un momento por favor –pidió Sasuke
saliendo de la sala, cerrando la puerta tras él– ¿Qué sucede? ¿Tienes algo?
- La dirección de la nota está siendo
vigilada por la División de Narcóticos.
- ¿Narcóticos? –repitió Sasuke extrañado.
- No solo ellos, hay varias agencias que
están investigando el lugar.
- ¿Eso incluye al departamento del tesoro
por apuestas ilegales? –preguntó Sasuke mirando por encima de su hombro al
hombre dentro de la sala.
- Eso y por la División de Delitos
Sexuales, al parecer es una cloaca ahí.
Sasuke se echó el cabello hacia atrás– Esa
maldita nota y este hombre tienen que ver con el caso.
- Explícate –ordenó Kakashi.
- La nota dice confusión de identidad
–expusó Sasuke– La víctima y este hombre son gemelos, ¿Qué si el objetivo no
era él, sino al que tenemos aquí?
- Cualquiera fácilmente podría confundirlos
–dedujo Kakashi pensándolo sin mucho problema.
- Exacto –Sasuke vio que Naruto llegaba con
la esposa de la víctima– Señora disculpe.
La mujer se limpió la nariz y miró a
Sasuke– Si dígame.
- ¿En que trabaja el hermano de su esposo?
- Es corredor de bolsa, trabaja en el mismo
lugar en el que trabajaba mi marido, ¿Por qué?
- No es nada, solo queremos llenar algunos
huecos en nuestra investigación –Sasuke buscó con la mirada hasta toparse con
un oficial uniformado– El oficial la llevará a su casa.
- ¿Cuándo podré llevarme el cuerpo de mi
esposo?
Kakashi la ayudó a caminar ofreciéndole su
brazo– Le prometo que trabajaremos lo más rápido posible para que el servicio
de su esposo sea pronto.
- Gracias –agradeció la mujer y el oficial
la llevó con él para regresarla a casa.
- ¿Ahora qué? –preguntó Naruto.
Sasuke masajeo su cuello– No tenemos nada
que vincule al hermano, ni siquiera sabemos cómo se relacionan el hermano, la
casa de apuestas y el homicidio.
- ¿Qué pasa con mi cuñada? ¿Se encuentra
bien? –cuestionó el hombre al ver que Sasuke no regresaba.
- Si señor, un oficial la llevó de regreso
a casa.
- Yo pude haberla llevado.
- Preferimos que se quede un poco más,
tenemos un par de preguntas para usted sobre su hermano –dijo Naruto
tranquilamente regresando con él a la sala.
Sasuke y Kakashi fueron a la oficina de
éste y observaron la conversación que desarrollaba Naruto con el posible
involucrado.
- Entiendo que su hermano era corredor de
bolsa –dijo Naruto revisando el informe– Y usted lo es.
- Sí.
- ¿Su hermano tenía problemas de dinero?
- No, no es rico, pero tampoco le hace
falta nada a su familia.
- Ok, ¿tenía problemas en el trabajo o en
su matrimonio? Tal vez la presión haya sido demasiada y haya buscado una forma
equivocada de escapar de ellos.
El hombre se levantó ofendido por la
acusación– ¿Esta insinuando que mi hermano era adicto?
- No señor, por supuesto que no, pero debo
saber si su hermano solía rodearse de malas compañías, el tipo de personas que
pudieron llevarlo a este trágico desenlace.
- Como ya le dije a su compañero, mi
hermano era un hombre honesto, ni siquiera fumaba o tomaba. Lo único que le
importaba era su familia.
Naruto respiro suavemente– ¿Qué me dice de…
usted? Tal vez alguien los confundió en la calle.
El hombre arrojó la mesa al suelo
encolerizado– No soportaré este trato de su parte detective, voy a la casa de
mi hermano a ayudar a su esposa y esperaré a que atrapen al bastardo que dejó a
mi sobrino sin padre –gritó señalando amenazadoramente al rubio y salió de la
habitación.
Sasuke y Kakashi salieron al encuentro de
Naruto– ¿Qué dices Sasuke?
- Estoy seguro que él sabe quién lo hizo.
- Síganlo, manténganlo bajo vigilancia,
quiero saber dónde está a cada paso y quiero verlo tropezar para que podamos
saber porque su hermano murió en su lugar –ordenó Kakashi molesto.
Naruto y Sasuke siguieron al hombre, no a
la casa de la viuda, sino a su propio apartamento. Sasuke aprovechó y llamó de
vuelta a la oficina, mientras Naruto revisaba que el edificio no tuviera
salidas traseras.
- Ino, ¿Qué más me tienes de la nota? …
¡¿Es todo?! … Bien, ahora eso lo reduce a unas cuantas miles de personas …
Gracias –masculló sarcástico el moreno.
- ¿Qué te dijeron?
- Dice que la nota no tiene huellas, ni
rastros de ADN, solo dice que está impregnada con aceites aromáticos –Sasuke sacó unos
binoculares y observó el departamento del sospechoso.
Naruto se tornó pensativo– ¿Qué clase de
aceites?
- De los que usan en los baños públicos.
- No ayuda mucho –dijo Naruto restándole
importancia, la nota los había conducido por un buen camino, pero se habían
topado con un callejón sin salida al tratar de averiguar su procedencia– Revisé
los alrededores, el edificio tiene tres salidas, la principal, el garaje y la
puerta de servicio que está en la parte posterior.
- Espera, está saliendo –advirtió Sasuke
encendiendo el auto y siguiendo al sospechoso de lejos pero sin perderlo de
vista.
- ¿A dónde crees que vaya?
Sasuke miró los anuncios sobre la
autopista– Al aeropuerto, el maldito quiere escapar.
- ¡Demonios!
Los detectives tomaron las cosas con calma
y avisaron a su capitán, Kakashi les dio la orden de arrestarlo como sospechoso
de asesinato. Aprovechando para informarles que los otros departamentos harían
una redada esa misma noche para detener las operaciones ilegales que se
llevaban a cabo ahí.
Naruto y Sasuke bajaron del auto y
siguieron al hombre por los pasillos del aeropuerto, estaba frente al mostrador
de una aerolínea extranjera cuando lo rodearon.
- ¿Va a alguna parte? –preguntó mordaz
Sasuke.
- ¿Qué hacen aquí?
- Haga el favor de acompañarnos señor
–pidió amablemente Naruto.
- ¿Por qué?
- No lo sé, usted dígame, ¿Por qué quería
abandonar el país? –Sasuke lo tomó por el brazo alejándolo de la multitud que
empezaba a formarse.
- Yo… tengo negocios que atender…
- ¿Y piensa dejar a su cuñada sola en estos
momentos tan difíciles? –preguntó Naruto molesto.
El agarre de Sasuke era cada vez más fuerte–
¿O es que le resulta difícil enfrentar a la mujer que usted ayudo a dejar
viuda?
- ¿Qué esta insinuando?
Naruto y Sasuke intercambiaron miradas– No
lo sé, tal vez que sea sospechoso de la muerte de su hermano.
- No, jamás le haría daño, déjenme ir –forcejeo
tratando de zafarse del agarre y tras la desesperación de ser llevado por la
policía intentó golpear a Sasuke en el rostro, pero él detective lo esquivo
fácilmente.
- Ahora está detenido por atacar a un
oficial de policía, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será
usado en una corte, tiene derecho a un abogado… –enumeró Naruto sometiéndolo en
el suelo y esposándole las manos a la espalda.
…
- Antes de llevarlo a juicio y encerrarlo
de por vida por matar a su hermano, quiero que sepa que estará en la misma
cárcel que los detenidos anoche del bar… “La Roca” –advirtió una rubia de
coletas, ojos verdes y un semblante reservado.
El hombre se horrorizó de lo que le decían,
pero su abogado se notaba muy tranquilo– No tienen nada contra mi cliente, solo
una ofensa contra un oficial.
- Las ofensas –continuó un castaño de
coleta larga y ojos aperlados– hoy en día se consideran delito federal y eso
amerita la cárcel abogado, así que si no quiere ir a la cárcel deberá cooperar.
Además hemos investigado sus finanzas, al parecer está endeudado con todos los
bancos y ha estafado a varios de sus clientes de inversiones.
- ¿Qué es lo que quieren de mi cliente?
- ¿Por qué mataron a su hermano? ¿Usted era
el objetivo? –cuestionó la representante de la fiscalía.
El hombre consultó con su abogado antes de
responder– ¿Qué ofrecen?
- Irá a una cárcel de mediana seguridad
–ofreció el castaño.
- Quiero total inmunidad –demandó el
detenido.
- Ni siquiera sabemos si cometió más
delitos –expuso la rubia– No puedo asegurarle nada.
El abogado le dijo algo al oído y habló por
su cliente– Cárcel de mínima seguridad y le aseguro que mi cliente puede darle
información muy valiosa.
- Eso si se lo puedo prometer, siempre y
cuando la información sea verdadera, tenga pruebas y no omita nada –condicionó
el castaño.
El detenido y su abogado hablaron y
aceptaron el trato.
- Uno de los clientes de la firma de
inversiones me dijo que podía ganar en una noche lo que gano en un mes de
sueldo –explicó el hermano de la víctima– Conforme avanzaban los días, yo
apostaba más y más, pero jamás lograba ganar dinero. A cambio de los primeros
préstamos, yo debía lavar el dinero del dueño del bar y regresárselo con buenas
ganancias.
- ¿Qué fue lo que pasó después? –preguntó
la rubia.
- Con la economía como está, era imposible
obtener las ganancias que ese hombre esperaba, no me quedó alternativa que
tomar el dinero de los demás inversionistas y entregárselo a él.
El castaño lo miró inquisitivamente– ¿Su
hermano se dio cuenta?
- Si, me confrontó y me dijo que si no
regresaba el dinero me acusaría ante los directivos y la policía –el hombre se
puso más nervioso– Como ya no podía darle su dinero al dueño de la casa de
apuestas, me amenazó con matarme si no pagaba las deudas que tenía con él. Vendí
todo lo que pude para pagar, incluso mi auto.
- Entonces confundieron a su hermano con
usted, porque él iba a pie y usted en el auto de su hermano –concluyó la rubia.
- Si pudiera cambiar las cosas lo haría, se
los juro –gimoteó arrepentido y triste– Jamás creí que esto sucedería.
Los fiscales se miraron satisfechos–
Necesitaremos su declaración firmada, pruebas del lavado de dinero y si tiene
pruebas de las amenazas de muerte, también.
- No tengo de las amenazas, esas fueron
totalmente verbales.
- Bien, mientras nos ayude a demostrar lo
demás, los detendremos por lavado de dinero y con eso tendremos tiempo para
encontrar las evidencias para los demás cargos.
…
Naruto daba vueltas en la silla de su
escritorio– Esto fue maravilloso, resolvimos el caso en menos de tres días.
- No
lo creo –contradijo Sasuke revisando los datos en su computadora.
- ¿Qué quieres decir?
- Según las declaraciones del detenido, él
no sabía nada de la muerte de su hermano, pero tengo registrada una llamada a
su móvil esa mañana.
- Tal vez fue cuando le pidió prestado su
auto –supuso Naruto.
Sasuke frunció el ceño– La esposa nos dijo
que su cuñado lo había tomado desde la noche anterior.
- ¿Y?
- El lugar donde encontramos a la víctima
no es el camino de su casa a la oficina.
Sasuke le mostró a Naruto un mapa de la
ciudad donde estaba marcada la casa y la oficina de la víctima y, el camino más
lógico a seguir. Pero apartado a ese camino, por unos 8 kilómetros, estaba una
tercera marca, el lugar donde encontraron el cadáver.
- ¿Revisaste los registros telefónicos de
los detenidos del bar?
- No, aun no.
Naruto levantó el teléfono– Si, necesito
los registros telefónicos de los siguientes números –Sasuke tomó su chaqueta y
sacó su arma del escritorio– ¿A dónde vas?
- Siento que me falta algo, voy a la escena
del crimen a revisarla una vez más.
- Espérame, esto no tomará mucho tiempo.
- Te necesito aquí, en cuanto te envíen los
registros revisa las llamadas que hicieron el día que fue el asesinato –Sasuke
miró fríamente en dirección de la sala de interrogatorio– Creo que nuestro
detenido no nos ha dicho toda la verdad.
- Solo lo hago porque dijiste desde lo
profundo de tu corazón… “te necesito” –bromeó Naruto con un tono romántico.
- Cállate usuratonkachi, no sea que Hinata
te oiga y se ponga celosa de lo nuestro.
- ¿De lo suyo? –dijo sorprendida y
confundida una hermosa peliazulada de ojos aperlados.
- Lo siento Hinata, pero Naruto te lo
explicará, nos vemos.
- ¿Qué tienes que explicarme? –la confusión
de Hinata creció por las palabras de Sasuke.
Naruto le hizo una seña obscena a Sasuke,
que ya no pudo ver, y luego se disculpó con Hinata por hacer esa clase de
vulgaridades frente a ella.
…
Sasuke llegó a la escena del crimen, aun
acordonada, era un lugar nada agradable. Había basura por todos lados, gente
sin hogar tenía sus casas ahí, pero ahora no había nadie. Sabía que algo más
hacía falta, tenía el presentimiento de que ahí lo encontraría, pero lo único
que encontró fue un pequeño altar erigido para la paz eterna de la víctima.
Algo llamó su atención, un pequeño jarrón con un par de lirios blancos frescos.
Sentía que su intuición le había fallado y decidió regresar a la estación de
policía. Estaba por irse cuando vio a una persona vestida con una sudadera con
capucha, pantalones y tenis, todo color negro; se acercaba al lugar con un par
de flores blancas iguales a las que estaban en el pequeño florero. Sasuke se
bajó de su auto y se acercó lentamente, mientras el extraño encendía unos
inciensos y hacia una plegaria por el descanso de la víctima. Antes de que
estuviera a su alcance el sospechoso se levantó. Si no se apresuraba lo
perdería, así que corrió alertando a su presa; sintiéndose acorralado el
extraño corrió.
- ¡Demonios! ¿Por qué siempre corren?
–gruñó Sasuke– ¡Detente, policía! –ordenó sacando su arma.
El individuo ni siquiera lo miró, solo
siguió corriendo buscando como escapar del detective. Su ventaja, era pequeño y
muy escurridizo. Sasuke logró ver que se metió en un callejón, lo siguió pero
el lugar no tenía salida. Buscó desesperadamente y lo encontró subiendo por
unas escaleras de emergencia. Si quería atraparlo debía seguir sus pasos.
- ¿Qué es? ¿Un maldito gato? –Sasuke no
encontró otra solución, al llegar al techo vio que el sujeto corría hacia la
azotea de otro edificio, y sacó su arma apuntándole directo a la espalda–
¡Detente o disparo! –su sospechoso se detuvo en seco– Levanta las manos y gira
lentamente –como se lo pidieron el individuo lo hizo– Pon las manos detrás de
tu cabeza y camina hacia mí –pero la última orden no fue llevada a cabo, en
lugar de eso, el sujeto dio un paso hacia atrás– No te muevas –gritó Sasuke y
el sujeto dio otro paso hacia atrás subiendo a la orilla de la azotea– Dije que
no te movieras.
Y antes de que Sasuke pudiera reaccionar,
su sospechoso saltó hacia atrás. El detective corrió lo más rápido que pudo y
al asomarse por la orilla no encontró a nadie, solo otra escalera de incendios
vacía. La ira y la desesperación embargaron a Sasuke, lo había tenido tan
cerca.
…
- Que bueno que llegas, tenías razón, el hermano
de la víctima habló con el dueño del bar esa mañana, lo chequé contra la hora
de la llamada al móvil de la víctima y fueron hechas con una diferencia de
menos de 5 minutos –le informó Naruto acaparando la atención de Sasuke, o eso
era lo que intentaba– ¿Me estas escuchando?
- Si, el hermano le tendió una trampa a
nuestra víctima, acordó una reunión entre el hombre al que le debía y su
hermano inocente.
Naruto entrecerró los ojos, molesto– Si ya
sabías esto, ¿porque me hiciste investigarlo?
- Necesitaba tener pruebas para
enseñárselas a Temari y Neji, después del juicio contra los hombres del bar
podrán acusarlo por conspirar para asesinar a su propio hermano.
- ¿Hay algo que me te molesta Sasuke?
- Hace un rato tuve un encuentro con el que
creo es nuestro misterioso informante –avisó tirándose en su silla frustrado
con su desempeño.
- ¿Qué fue lo que pasó? –preguntó sumamente
curioso el rubio.
- Encontré a un sujeto que llevaba flores a
la escena del crimen, intenté hablar con él pero escapó.
- No sé que es más raro, que un sospechoso
se te escape o que un sospechoso lleve flores a una victima.
- Cállate usuratonkachi.
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Con que ojos puede mirarte una persona que prefirió llorar
la muerte de su hermano, a enfrentar la responsabilidad que él mismo lo mató.
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