viernes, 18 de enero de 2013

Ventanas del Alma c01


DISCLAIMER: NARUTO Y SUS PERSONAJES © MASASHI KISHIMOTO
“Ventanas del alma” © SAKURA_TRC, 2013

Summary: La Unidad de Delitos Mayores de la policía de Tokio, tiene uno de los mejores records de arrestos de toda la ciudad. Sus excelentes resultados recibirán la ayuda de una chica con habilidades poco comunes y cuya enigmática personalidad parece atraer los problemas. Uniéndose al equipo, resolverá misteriosos casos, iniciando una excéntrica relación entre detective y colaboradora.
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VENTANAS DEL ALMA
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Capítulo 1 "TESTIGO, COMPLICE O ¿PERPETRADOR?"

- ¿Qué tenemos? –preguntó un hombre de cabello negro con destellos azulados, lentes oscuros, con un saco, la camisa de fuera y jeans, de aspecto bastante desalineado.

- Hombre, de entre 35 a 40 años, fue encontrado por el camión de sanidad que pasaba a recoger la basura de éste callejón, tiene alrededor de 62 horas muerto, el arma fue una calibre 22 disparada dos veces –explicó un rubio vestido con jeans y una sudadera con capucha– Parece ser que fue un robo que salió mal, su cartera estaba vacía y tirada junto a él sin dinero, ni tarjetas de crédito, ni siquiera dejaron las identificaciones.

El moreno se agachó junto al cadáver y revisó sus bolsillos– Ese calibre de arma es muy popular en las calles. ¿Encontraron el casquillo?

- Si, uno está junto al cuerpo y el otro a unos pasos, fueron disparos a quemarropa.

- Entonces las balas… –el moreno tomó el cuerpo y lo giro un poco para ver la espalda– lo atravesaron.

- Los técnicos ya están buscando los casquillos.

- Tomen fotografías de los curiosos –pidió el pelinegro mirando recelosamente a través de sus gafas de sol– Tal vez entre ellos este nuestro sospechoso. Empaquen todo y etiquétenlo, esto es un caso como cualquier otro –murmuró harto.

- Ya lo oyeron muchachos a trabajar –les apresuró el rubio.

El moreno pasó por debajo de la cinta que delimitaba el paso de los curiosos a la escena del crimen; de camino a su auto chocó contra un transeúnte, pero no pidió disculpas y siguió su trayecto. Se subió al auto y se tiró contra el asiento, se veía cansado y fastidiado, cada semana era lo mismo. Los llamaban para robos que terminaban mal, y todo porque la gente ya estaba harta de que les quitaran el dinero por el cual habían trabajado tan duramente. Lamentablemente la economía del país no ayudaba en nada a la situación de los ciudadanos. Desempleo y altos precios en los productos de consumo diario afectaban a la población.
El hombre de ojos azules abordó el auto y se acomodó en el asiento del copiloto tranquilamente.

- ¿Qué quieres? –masculló el oficial en el lado del piloto.

- ¿Ya desayunaste?

- No.

- Vamos, yo te invito –dijo el rubio girando la llave del auto y encendiendo el motor, el piloto suspiró derrotado y comenzó a conducir a su, ya acostumbrado lugar de desayunos, comidas, cenas y aperitivos de media noche.

El silencio en el auto era tranquilo, eran de los pocos momentos en que ambos detectives podían estar sumidos en sus pensamientos y no se molestaban entre ellos.

- ¿No te parece raro? –dijo el moreno.

- ¿Qué?

- Si robas a una persona, ¿por qué matarlo a quemarropa? Un ladrón nunca se acerca tanto a su víctima.

El rubio gruñó pensativo– Tienes razón, los asaltos que terminan en muertes por lo regular son accidentales. Cuando son a quemarropa es porque forcejearon por el arma y se disparó por error –los ojos azules se entrecerraron recordando la escena– Este tipo de muerte fue más de tipo…

- Ejecución –terminó la frase el moreno.

- ¿Cómo no me di cuenta antes? –dijo el rubio golpeándose la frente con la palma de la mano.

- Simple… usuratonkachi –le contestó sonriendo de lado, el pelinegro había visto en menos de cinco minutos lo que el rubio no había podido en una hora.

- Que chistoso eres teme.

Justo delante de su merendero favorito, el moreno dio vuelta y regresó por donde venían– Vayamos a la oficina y busquemos si alguien reportó como desaparecido a nuestra víctima.

- ¿Y el desayuno? –los ojitos azules se llenaron de agua al ver que se alejaban del “desayuno”.

- Puedes pedirle a Hinata que te lleve algo a la oficina.

La idea iluminó los ojos azules y la vida volvió al joven hombre, sacó su móvil y marcó– Buenos días Hinata, ¿podrías hacerme un favor? … Gracias amor, por eso te amo tanto, ¿podrías llevarnos algo para desayunar? Si, el caso de esta mañana resultó ser algo más que solo un robo … –el rubio se alejo ligeramente el móvil de la cara para hablar al conductor– Dice que si quieres algo, ¿café, un emparedado?

- Café por favor, que el de la oficina sabe horrible –pidió con una mueca de asco al recordar el sabor de la bebida, que aunque era su favorita, la de la oficina resultaba extremadamente desagradable– Y lo que sea que te traiga que me traiga uno igual, menos rameen, es muy temprano para eso.

- ¿Oíste amor? Tráenos unos emparedados por favor y dos cafés extra grandes, gracias corazoncito, nos vemos en un rato. Adiós –se despidió y envió un beso vía telefónica.

Al llegar a la jefatura de policía el rubio vio que su compañero tenía algo en la camisa– Sasuke, espera.

- ¿Qué sucede Naruto?

- Tienes algo pegado –dijo el rubio y quitó un papelito de la ropa de su compañero– Es una de esas notitas auto-adheribles.

- A ver –Sasuke arrebató el papel de las manos de su amigo con poca, o nada, delicadeza.

CONFUSIÓN DE IDENTIDAD
doble vida
apuestas clandestinas
bar “la roca”
Av. 1 # 43

- ¿Qué dice? –Naruto miraba por encima del hombro de Sasuke, tratando de leer el contenido del papel.

- Lleva esto a evidencias, que busquen huellas.

El rubio sacó una bolsa de su pantalón para guardar el trozo de la posible evidencia y metió el papelito dentro– ¿Crees que esté relacionada con nuestro caso?

- No lo sé, pero quiero averiguar quien intenta jugar con nosotros.

- Sasuke, Naruto –llamó otro joven– El capitán los espera en su oficina.

- Gracias Kiba, podrías llevar esto a evidencias –pidió Naruto firmando la bolsa y entregándosela al castaño.

- Claro, no hay problema –al igual que Naruto, Kiba firmó la bolsa de evidencia para asegurar la cadena de custodia.

Naruto y Sasuke se dirigieron a una oficina al final del pasillo. Tenía grandes ventanas con persianas que el superior cerraba, de vez en cuando, para mantener algunos problemas en privacidad. Tocaron la puerta para anunciar su llegada y una masculina voz les concedió el paso.

- Buenos días capitán Kakashi –saludó el rubio.

- Buenos días Naruto, Sasuke –un hombre maduro les dio la bienvenida. Estaba ataviado con un pantalón de vestir, tirantes y una camisa blanca. El hombre tenía el cabello grisáceo, ojos del mismo color y un parche en el ojo izquierdo.

- Hn.

- ¿Qué tenemos? ¿Un robo que terminó mal como dijeron o es algo más?

Naruto y Sasuke intercambiaron miradas– Aun no tenemos nada seguro –explicó Sasuke tomando la palabra– Pero hay sospechas de que trataron de encubrir el homicidio con un supuesto robo, las heridas de bala son a quemarropa, creemos que encajan más con una ejecución.

Kakashi buscó una afirmación en el rubio, encontrando una lamentable confirmación– ¿Alguna identificación?

- Vamos a correr la base de datos de personas desaparecidas, esperamos encontrar algo –expresó Naruto– Aunque tenemos otra cosa.

- ¿Qué?

- Cuando bajamos del auto encontré un trozo de papel en las ropas de Sasuke, no sabemos que sea exactamente pero Kiba lo llevó a evidencias para buscar huellas, o lo que sea que nos diga si tiene que ver con el caso o si solo es basura.

- ¿Qué decía el papel?

Sasuke miró al techo e hizo memoria, nada difícil para él– Es una especie de lista y una dirección, dice, confusión de identidad, doble vida, apuestas clandestinas, bar “la roca”, Av. 1 # 43.

Kakashi se tornó pensativo– Identifiquen a su víctima, yo hare unas llamadas para averiguar de ese bar o descartar esa información y que no les quite tiempo.

- Gracias capitán –dijo Naruto saliendo de la oficina seguido de Sasuke– Voy a correr la base de datos de personas desaparecidas.

- Bajaré a evidencias para que me hablen de la nota.

- Pero Kakashi dijo que no perdiéramos tiempo con eso –contradijo sentándose a su escritorio y poniendo a trabajar su computadora.

Sasuke estaba muy intrigado con el insignificante papel– ¿Qué más puedo hacer? Además tengo un presentimiento con ese trozo de papel, creo que nos llevara a algo importante.

Sasuke bajó al lugar donde los expertos en evidencias buscaban rastros que los llevara a resolver los casos. Una joven rubia tenía el pedazo de papel que Naruto había encontrado.

- ¿Ino? ¿Dónde esta Hinata?

- Fue a entregarle su almuerzo a Naruto.

- Entiendo, hace unos momentos Kiba bajó algo, ¿ya lo tienen listo?

- Claro, la maquina esta buscando coincidencias –y en ese preciso momento un bip sonó– Mira, ya está.

- ¿Qué tienes para mí? –preguntó ansioso Sasuke.

- Mucho amor y un deseo incontenible de que salgamos a divertirnos –dijo de manera sensual y juguetona.

Sasuke enarcó una ceja– Sabes que te puedo denunciar por acoso sexual en el trabajo.

- ¿Qué quieres? No puedo resistirme a los hombres guapos.

- Pues aguanta… por lo menos hasta que salgamos de la oficina.

- Trato hecho –acordó la rubia extendiendo la mano para cerrar su acuerdo.

- Ahora que tenemos un arreglo, podrías decirme algo de la evidencia que trajo Kiba.

La rubia dio un giro sobre sus talones y señaló la pantalla del computador– El papel es el típico de las notas auto adheribles, pueden ser compradas en cualquier papelería, la tinta es de una pluma de gel, puedo determinar su fabricante pero no nos ayudaría a determinar en donde se compró.

- ¿Algo que si me puedas decir? –preguntó perdiendo la paciencia.

- Si, fue escrita ayer, no tiene huellas –expuso la rubia mostrando un escaneo del papel– El autor tuvo mucho cuidado de no dejar rastros de su identidad.

- Eso quiere decir que no tenemos nada.

- Yo no diría eso –interrumpió un castaño de coleta– La nota fue escrita por un adolescente –Ino y Sasuke miraron la amplificación del papel buscando lo que su compañero veía– Parece ser una persona introvertida.

- Bien, ahora solo tengo que buscar en la mitad de la población joven de la ciudad –dijo exasperado Sasuke– ¿Algo más que me sea útil Shikamaru?

- No parece que estuvo de acuerdo con escribirla, sus trazos se ven forzados.

- Entonces es basura –interrumpió Ino molesta por haber perdido su valioso tiempo analizando la nota.

- No lo creo –negó Shikamaru.

El teléfono detuvo la charla, rápidamente la rubia respondió– Evidencias, habla Yamanaka … si Naruto, ahora mismo le digo, bye –la rubia colgó el aparato– Tu compañero dijo que ya sabe la identidad de la víctima, que subas si quieres acompañarlo a ver a la familia.

Sasuke no perdió tiempo y alcanzó a su amigo en la salida al estacionamiento, subió al auto y dejó que su compañero le pusiera al tanto– Nuestra víctima es un padre de familia, corredor de bolsa, no tiene ni una multa de tránsito, se extravió hace tres días –mientras Naruto conducía el moreno revisaba la información con más detalle– Por la dirección de su oficina, iba de camino al trabajo cuando lo sorprendieron, su esposa lo reportó como desaparecido por la noche cuando no regresó a casa.

- Aquí dice que tiene auto –dijo Sasuke al leer la información– ¿Por qué no lo usó esa mañana?

- Tal vez no lo encontramos y este por ahí perdido –conjeturó Naruto, se agacho un poco para mirar a la casa a la que llegaban, era un lindo lugar– Es aquí.

- En el garaje hay dos autos estacionados –el pelinegro revisó los papeles– Una de las matriculas corresponde al auto de la víctima.

Estacionaron frente a la casa mirando a sus alrededores, el vecindario se veía tranquilo; el lugar perfecto para formar una familia. Naruto tocó a la puerta, el momento que más odiaban y que cada vez se volvía más frecuente estaba por pasar. Una mujer entreabrió la puerta.

- ¿Si?

- Buenas tardes señora, soy el detective Uzumaki y este es mi compañero el detective Uchiha, ¿podemos pasar?

La mujer buscó un poco de esperanza en los oficiales, permitiéndoles el paso– ¿Es sobre mi marido? ¿lo encontraron?

Naruto siempre se llevaba la tarea más difícil, explicar a los familiares de las victimas sobre los desafortunados eventos– Señora por favor siéntese.

- ¿Por qué? ¿Qué pasó? –preguntó la señora tomando asiento, imaginándose que algo malo le había pasado a su ser amado– ¿Mi esposo está bien?

- Lamento decirle que tiene que acompañarnos a la estación –pidió con pesar Naruto mientras Sasuke analizaba la casa buscando pistas adicionales que le ayudaran a comprender el caso– Aun no estamos seguros, esta mañana encontramos un cuerpo en la ciudad y necesitamos que vaya a reconocerlo.

La mujer estalló en llanto, creía imposible que su esposo estuviera muerto.

- Señora –Sasuke se agachó frente a ella tendiéndole un pañuelo– Esto es muy difícil para nosotros y entiendo que lo es más para usted; pero necesitamos identificar el cuerpo para acelerar la investigación y averiguar qué fue lo que le pasó a este hombre.

- Entiendo, solo permítanme pedirle a mi vecina que cuide de mi hijo y hablarle a mi cuñado para que me acompañe.

- Claro, nosotros la esperaremos afuera para llevarla a la estación –avisó fríamente Sasuke saliendo de la casa.

Al llegar a la estación, bajaron al sótano donde se encontraba la morgue, Naruto se aproximó a una ventanilla– ¿Está segura que no quiere esperar a su familiar? El cuerpo está un poco deteriorado por el tiempo que estuvo a la intemperie.

La mujer negó con la cabeza, como le había dicho Sasuke, era mejor apresurar las cosas para descartar la posibilidad de que la víctima fuera su marido.

- Hazlo Naruto –ordenó Sasuke.

El rubio dio unos ligeros golpes en el cristal y una cortina se corrió dejando ver el cuerpo con claros signos de descomposición. La mujer asintió derrumbándose de la impresión– Si, es mi esposo.

- ¿Cómo se atreven a someterla a esta barbarie? –preguntó el hombre que recién aparecía abrazando a la mujer.

Sasuke y Naruto se llevaron una enorme sorpresa, la víctima y el hombre frente a ellos, eran idénticos.

- Naruto, lleva a la señora a la enfermería –ordenó Sasuke– Usted, acompáñeme por favor –dijo señalándole el camino al hombre.

- ¿Me podría explicar que le pasó a mi hermano? –demandó el hombre sentándose en una silla que le ofreció Sasuke dentro de una pequeña salita.

Sasuke guardó paciencia y sirvió dos tazas de café, ofreciendo una al hombre– Creemos que fue víctima de un robo frustrado, pero no estamos tan seguros.

- Mi hermano es muy precavido, dudo mucho que se haya expuesto a esa clase de delincuencia.

- Señor, ¿Por qué su hermano no usó su coche esa mañana?

- El mío estaba descompuesto y debía hacer un viaje un poco lejos, él me ofreció prestarme el suyo –el hombre se consterno notoriamente– ¿No me diga que fue mi culpa?

- No señor, yo no digo eso…

- ¡No puede ser! Si no me hubiera prestado su auto, no estaría muerto –se recriminó ante la posibilidad de ser un culpable indirecto.

Sasuke seguía imperturbable ante la angustia del hombre– ¿Su hermano tenía problemas con alguien?

- No, él era un hombre de familia, siempre fue recto, ¿Por qué lo pregunta? ¿No dice que fue víctima de un asalto?

Kakashi interrumpió la conversación– Sasuke.

- Un momento por favor –pidió Sasuke saliendo de la sala, cerrando la puerta tras él– ¿Qué sucede? ¿Tienes algo?

- La dirección de la nota está siendo vigilada por la División de Narcóticos.

- ¿Narcóticos? –repitió Sasuke extrañado.

- No solo ellos, hay varias agencias que están investigando el lugar.

- ¿Eso incluye al departamento del tesoro por apuestas ilegales? –preguntó Sasuke mirando por encima de su hombro al hombre dentro de la sala.

- Eso y por la División de Delitos Sexuales, al parecer es una cloaca ahí.

Sasuke se echó el cabello hacia atrás– Esa maldita nota y este hombre tienen que ver con el caso.

- Explícate –ordenó Kakashi.

- La nota dice confusión de identidad –expusó Sasuke– La víctima y este hombre son gemelos, ¿Qué si el objetivo no era él, sino al que tenemos aquí?

- Cualquiera fácilmente podría confundirlos –dedujo Kakashi pensándolo sin mucho problema.

- Exacto –Sasuke vio que Naruto llegaba con la esposa de la víctima– Señora disculpe.

La mujer se limpió la nariz y miró a Sasuke– Si dígame.

- ¿En que trabaja el hermano de su esposo?

- Es corredor de bolsa, trabaja en el mismo lugar en el que trabajaba mi marido, ¿Por qué?

- No es nada, solo queremos llenar algunos huecos en nuestra investigación –Sasuke buscó con la mirada hasta toparse con un oficial uniformado– El oficial la llevará a su casa.

- ¿Cuándo podré llevarme el cuerpo de mi esposo?

Kakashi la ayudó a caminar ofreciéndole su brazo– Le prometo que trabajaremos lo más rápido posible para que el servicio de su esposo sea pronto.

- Gracias –agradeció la mujer y el oficial la llevó con él para regresarla a casa.

- ¿Ahora qué? –preguntó Naruto.

Sasuke masajeo su cuello– No tenemos nada que vincule al hermano, ni siquiera sabemos cómo se relacionan el hermano, la casa de apuestas y el homicidio.

- ¿Qué pasa con mi cuñada? ¿Se encuentra bien? –cuestionó el hombre al ver que Sasuke no regresaba.

- Si señor, un oficial la llevó de regreso a casa.

- Yo pude haberla llevado.

- Preferimos que se quede un poco más, tenemos un par de preguntas para usted sobre su hermano –dijo Naruto tranquilamente regresando con él a la sala.

Sasuke y Kakashi fueron a la oficina de éste y observaron la conversación que desarrollaba Naruto con el posible involucrado.

- Entiendo que su hermano era corredor de bolsa –dijo Naruto revisando el informe– Y usted lo es.

- Sí.

- ¿Su hermano tenía problemas de dinero?

- No, no es rico, pero tampoco le hace falta nada a su familia.

- Ok, ¿tenía problemas en el trabajo o en su matrimonio? Tal vez la presión haya sido demasiada y haya buscado una forma equivocada de escapar de ellos.

El hombre se levantó ofendido por la acusación– ¿Esta insinuando que mi hermano era adicto?

- No señor, por supuesto que no, pero debo saber si su hermano solía rodearse de malas compañías, el tipo de personas que pudieron llevarlo a este trágico desenlace.

- Como ya le dije a su compañero, mi hermano era un hombre honesto, ni siquiera fumaba o tomaba. Lo único que le importaba era su familia.

Naruto respiro suavemente– ¿Qué me dice de… usted? Tal vez alguien los confundió en la calle.

El hombre arrojó la mesa al suelo encolerizado– No soportaré este trato de su parte detective, voy a la casa de mi hermano a ayudar a su esposa y esperaré a que atrapen al bastardo que dejó a mi sobrino sin padre –gritó señalando amenazadoramente al rubio y salió de la habitación.

Sasuke y Kakashi salieron al encuentro de Naruto– ¿Qué dices Sasuke?

- Estoy seguro que él sabe quién lo hizo.

- Síganlo, manténganlo bajo vigilancia, quiero saber dónde está a cada paso y quiero verlo tropezar para que podamos saber porque su hermano murió en su lugar –ordenó Kakashi molesto.

Naruto y Sasuke siguieron al hombre, no a la casa de la viuda, sino a su propio apartamento. Sasuke aprovechó y llamó de vuelta a la oficina, mientras Naruto revisaba que el edificio no tuviera salidas traseras.

- Ino, ¿Qué más me tienes de la nota? … ¡¿Es todo?! … Bien, ahora eso lo reduce a unas cuantas miles de personas … Gracias –masculló sarcástico el moreno.

- ¿Qué te dijeron?

- Dice que la nota no tiene huellas, ni rastros de ADN, solo dice que está impregnada con  aceites aromáticos –Sasuke sacó unos binoculares y observó el departamento del sospechoso.

Naruto se tornó pensativo– ¿Qué clase de aceites?

- De los que usan en los baños públicos.

- No ayuda mucho –dijo Naruto restándole importancia, la nota los había conducido por un buen camino, pero se habían topado con un callejón sin salida al tratar de averiguar su procedencia– Revisé los alrededores, el edificio tiene tres salidas, la principal, el garaje y la puerta de servicio que está en la parte posterior.

- Espera, está saliendo –advirtió Sasuke encendiendo el auto y siguiendo al sospechoso de lejos pero sin perderlo de vista.

- ¿A dónde crees que vaya?

Sasuke miró los anuncios sobre la autopista– Al aeropuerto, el maldito quiere escapar.

- ¡Demonios!

Los detectives tomaron las cosas con calma y avisaron a su capitán, Kakashi les dio la orden de arrestarlo como sospechoso de asesinato. Aprovechando para informarles que los otros departamentos harían una redada esa misma noche para detener las operaciones ilegales que se llevaban a cabo ahí.
Naruto y Sasuke bajaron del auto y siguieron al hombre por los pasillos del aeropuerto, estaba frente al mostrador de una aerolínea extranjera cuando lo rodearon.

- ¿Va a alguna parte? –preguntó mordaz Sasuke.

- ¿Qué hacen aquí?

- Haga el favor de acompañarnos señor –pidió amablemente Naruto.

- ¿Por qué?

- No lo sé, usted dígame, ¿Por qué quería abandonar el país? –Sasuke lo tomó por el brazo alejándolo de la multitud que empezaba a formarse.

- Yo… tengo negocios que atender…

- ¿Y piensa dejar a su cuñada sola en estos momentos tan difíciles? –preguntó Naruto molesto.

El agarre de Sasuke era cada vez más fuerte– ¿O es que le resulta difícil enfrentar a la mujer que usted ayudo a dejar viuda?

- ¿Qué esta insinuando?

Naruto y Sasuke intercambiaron miradas– No lo sé, tal vez que sea sospechoso de la muerte de su hermano.

- No, jamás le haría daño, déjenme ir –forcejeo tratando de zafarse del agarre y tras la desesperación de ser llevado por la policía intentó golpear a Sasuke en el rostro, pero él detective lo esquivo fácilmente.

- Ahora está detenido por atacar a un oficial de policía, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será usado en una corte, tiene derecho a un abogado… –enumeró Naruto sometiéndolo en el suelo y esposándole las manos a la espalda.

- Antes de llevarlo a juicio y encerrarlo de por vida por matar a su hermano, quiero que sepa que estará en la misma cárcel que los detenidos anoche del bar… “La Roca” –advirtió una rubia de coletas, ojos verdes y un semblante reservado.

El hombre se horrorizó de lo que le decían, pero su abogado se notaba muy tranquilo– No tienen nada contra mi cliente, solo una ofensa contra un oficial.

- Las ofensas –continuó un castaño de coleta larga y ojos aperlados– hoy en día se consideran delito federal y eso amerita la cárcel abogado, así que si no quiere ir a la cárcel deberá cooperar. Además hemos investigado sus finanzas, al parecer está endeudado con todos los bancos y ha estafado a varios de sus clientes de inversiones.

- ¿Qué es lo que quieren de mi cliente?

- ¿Por qué mataron a su hermano? ¿Usted era el objetivo? –cuestionó la representante de la fiscalía.

El hombre consultó con su abogado antes de responder– ¿Qué ofrecen?

- Irá a una cárcel de mediana seguridad –ofreció el castaño.

- Quiero total inmunidad –demandó el detenido.

- Ni siquiera sabemos si cometió más delitos –expuso la rubia– No puedo asegurarle nada.

El abogado le dijo algo al oído y habló por su cliente– Cárcel de mínima seguridad y le aseguro que mi cliente puede darle información muy valiosa.

- Eso si se lo puedo prometer, siempre y cuando la información sea verdadera, tenga pruebas y no omita nada –condicionó el castaño.

El detenido y su abogado hablaron y aceptaron el trato.

- Uno de los clientes de la firma de inversiones me dijo que podía ganar en una noche lo que gano en un mes de sueldo –explicó el hermano de la víctima– Conforme avanzaban los días, yo apostaba más y más, pero jamás lograba ganar dinero. A cambio de los primeros préstamos, yo debía lavar el dinero del dueño del bar y regresárselo con buenas ganancias.

- ¿Qué fue lo que pasó después? –preguntó la rubia.

- Con la economía como está, era imposible obtener las ganancias que ese hombre esperaba, no me quedó alternativa que tomar el dinero de los demás inversionistas y entregárselo a él.

El castaño lo miró inquisitivamente– ¿Su hermano se dio cuenta?

- Si, me confrontó y me dijo que si no regresaba el dinero me acusaría ante los directivos y la policía –el hombre se puso más nervioso– Como ya no podía darle su dinero al dueño de la casa de apuestas, me amenazó con matarme si no pagaba las deudas que tenía con él. Vendí todo lo que pude para pagar, incluso mi auto.

- Entonces confundieron a su hermano con usted, porque él iba a pie y usted en el auto de su hermano –concluyó la rubia.

- Si pudiera cambiar las cosas lo haría, se los juro –gimoteó arrepentido y triste– Jamás creí que esto sucedería.

Los fiscales se miraron satisfechos– Necesitaremos su declaración firmada, pruebas del lavado de dinero y si tiene pruebas de las amenazas de muerte, también.

- No tengo de las amenazas, esas fueron totalmente verbales.

- Bien, mientras nos ayude a demostrar lo demás, los detendremos por lavado de dinero y con eso tendremos tiempo para encontrar las evidencias para los demás cargos.

Naruto daba vueltas en la silla de su escritorio– Esto fue maravilloso, resolvimos el caso en menos de tres días.

-  No lo creo –contradijo Sasuke revisando los datos en su computadora.

- ¿Qué quieres decir?

- Según las declaraciones del detenido, él no sabía nada de la muerte de su hermano, pero tengo registrada una llamada a su móvil esa mañana.

- Tal vez fue cuando le pidió prestado su auto –supuso Naruto.

Sasuke frunció el ceño– La esposa nos dijo que su cuñado lo había tomado desde la noche anterior.

- ¿Y?

- El lugar donde encontramos a la víctima no es el camino de su casa a la oficina.

Sasuke le mostró a Naruto un mapa de la ciudad donde estaba marcada la casa y la oficina de la víctima y, el camino más lógico a seguir. Pero apartado a ese camino, por unos 8 kilómetros, estaba una tercera marca, el lugar donde encontraron el cadáver.

- ¿Revisaste los registros telefónicos de los detenidos del bar?

- No, aun no.

Naruto levantó el teléfono– Si, necesito los registros telefónicos de los siguientes números –Sasuke tomó su chaqueta y sacó su arma del escritorio– ¿A dónde vas?

- Siento que me falta algo, voy a la escena del crimen a revisarla una vez más.

- Espérame, esto no tomará mucho tiempo.

- Te necesito aquí, en cuanto te envíen los registros revisa las llamadas que hicieron el día que fue el asesinato –Sasuke miró fríamente en dirección de la sala de interrogatorio– Creo que nuestro detenido no nos ha dicho toda la verdad.

- Solo lo hago porque dijiste desde lo profundo de tu corazón… “te necesito” –bromeó Naruto con un tono romántico.

- Cállate usuratonkachi, no sea que Hinata te oiga y se ponga celosa de lo nuestro.

- ¿De lo suyo? –dijo sorprendida y confundida una hermosa peliazulada de ojos aperlados.

- Lo siento Hinata, pero Naruto te lo explicará, nos vemos.

- ¿Qué tienes que explicarme? –la confusión de Hinata creció por las palabras de Sasuke.

Naruto le hizo una seña obscena a Sasuke, que ya no pudo ver, y luego se disculpó con Hinata por hacer esa clase de vulgaridades frente a ella.

Sasuke llegó a la escena del crimen, aun acordonada, era un lugar nada agradable. Había basura por todos lados, gente sin hogar tenía sus casas ahí, pero ahora no había nadie. Sabía que algo más hacía falta, tenía el presentimiento de que ahí lo encontraría, pero lo único que encontró fue un pequeño altar erigido para la paz eterna de la víctima. Algo llamó su atención, un pequeño jarrón con un par de lirios blancos frescos. Sentía que su intuición le había fallado y decidió regresar a la estación de policía. Estaba por irse cuando vio a una persona vestida con una sudadera con capucha, pantalones y tenis, todo color negro; se acercaba al lugar con un par de flores blancas iguales a las que estaban en el pequeño florero. Sasuke se bajó de su auto y se acercó lentamente, mientras el extraño encendía unos inciensos y hacia una plegaria por el descanso de la víctima. Antes de que estuviera a su alcance el sospechoso se levantó. Si no se apresuraba lo perdería, así que corrió alertando a su presa; sintiéndose acorralado el extraño corrió.

- ¡Demonios! ¿Por qué siempre corren? –gruñó Sasuke– ¡Detente, policía! –ordenó sacando su arma.

El individuo ni siquiera lo miró, solo siguió corriendo buscando como escapar del detective. Su ventaja, era pequeño y muy escurridizo. Sasuke logró ver que se metió en un callejón, lo siguió pero el lugar no tenía salida. Buscó desesperadamente y lo encontró subiendo por unas escaleras de emergencia. Si quería atraparlo debía seguir sus pasos.

- ¿Qué es? ¿Un maldito gato? –Sasuke no encontró otra solución, al llegar al techo vio que el sujeto corría hacia la azotea de otro edificio, y sacó su arma apuntándole directo a la espalda– ¡Detente o disparo! –su sospechoso se detuvo en seco– Levanta las manos y gira lentamente –como se lo pidieron el individuo lo hizo– Pon las manos detrás de tu cabeza y camina hacia mí –pero la última orden no fue llevada a cabo, en lugar de eso, el sujeto dio un paso hacia atrás– No te muevas –gritó Sasuke y el sujeto dio otro paso hacia atrás subiendo a la orilla de la azotea– Dije que no te movieras.

Y antes de que Sasuke pudiera reaccionar, su sospechoso saltó hacia atrás. El detective corrió lo más rápido que pudo y al asomarse por la orilla no encontró a nadie, solo otra escalera de incendios vacía. La ira y la desesperación embargaron a Sasuke, lo había tenido tan cerca.

- Que bueno que llegas, tenías razón, el hermano de la víctima habló con el dueño del bar esa mañana, lo chequé contra la hora de la llamada al móvil de la víctima y fueron hechas con una diferencia de menos de 5 minutos –le informó Naruto acaparando la atención de Sasuke, o eso era lo que intentaba– ¿Me estas escuchando?

- Si, el hermano le tendió una trampa a nuestra víctima, acordó una reunión entre el hombre al que le debía y su hermano inocente.

Naruto entrecerró los ojos, molesto– Si ya sabías esto, ¿porque me hiciste investigarlo?

- Necesitaba tener pruebas para enseñárselas a Temari y Neji, después del juicio contra los hombres del bar podrán acusarlo por conspirar para asesinar a su propio hermano.

- ¿Hay algo que me te molesta Sasuke?

- Hace un rato tuve un encuentro con el que creo es nuestro misterioso informante –avisó tirándose en su silla frustrado con su desempeño.

- ¿Qué fue lo que pasó? –preguntó sumamente curioso el rubio.

- Encontré a un sujeto que llevaba flores a la escena del crimen, intenté hablar con él pero escapó.

- No sé que es más raro, que un sospechoso se te escape o que un sospechoso lleve flores a una victima.

- Cállate usuratonkachi.

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Con que ojos puede mirarte una persona que prefirió llorar la muerte de su hermano, a enfrentar la responsabilidad que él mismo lo mató.
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domingo, 4 de noviembre de 2012

De Un Final a Un Comienzo


Porque con todo final, hay un comienzo.

"Se puso su mejor vestido,
ese que compró en su viaje a París.

Se maquilló con gran entusiasmo,
como si fuera a una noche de estreno en Broadway.

Se roció con el más exquisito perfume,
ese que sólo usaba en ocasiones especiales.

Se calzó con las zapatillas de cristal,
las que mandó a hacer justo a su medida.

Llegada la hora, bajó por las escaleras
cubiertas en una fina alfombra de terciopelo rojo.

Abajo la esperaba un elegante hombre,
de reluciente sonrisa encantadora y 
ojos tan negros como la noche misma,
tan enigmáticos que la invitaban a sumergirse en ellos.

Con una traviesa sonrisa y un brillo en sus ojos,
le tendió la mano a su galante cita.
Tomados de la mano y felices de estar ahí,
empezaron el viaje a una eternidad juntos."


Se que hace mucho tiempo que no actualizo, pero cuando el trabajo te absorbe no queda mucho tiempo para los hobbies.

Este pequeño poema, por así llamarlo, lo escribí cuando perdí a una persona cercana a mí. Era "mi abuelito", nunca compartimos lazos de sangre, pero en verdad lo quería como al abuelo que nunca tuve. Estuvo un tiempo enfermo y cuando me dieron la noticia que había fallecido, de las dos únicas cosas que pude hacer fue escribir esto. Se que no es gran cosa, pero fue un momento de inspiración. En lo que el taxi nos llevaba al velatorio lo apunté en mi teléfono, no le he hecho ninguna corrección, está tal y como lo escribí, quería que permaneciera natural y tal y como salió de mi corazón, al igual que las lágrimas que derramé esa noche. Lo publico esta semana por ser en honor a los que partieron antes que nosotros, pero que dejaron una huella imborrable en nuestras.

PARA MI ABUELITA, SOCORRO Y POR MI ABUELITO LUIS.

Les agradezco su paciencia y su atención.

Gracias.

sábado, 2 de junio de 2012

Amores de Leyenda c02


NARUTO Y SUS PERSONAJES © MASASHI KISHIMOTO
“Amores De Leyenda” © SAKURA_TRC, 2012
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Capítulo 2. Misterioso Ser
Les tomó hasta el atardecer llegar al templo ubicado al este de la villa, el camino había sido fácil y sin ninguna clase de contratiempos.
- Buenas tardes, somos los shinobi de Konoha –anunció Sasuke a un hombre que custodiaba la puerta.
- Bienvenidos, síganme por favor –caminaron a través de un patio, para luego entrar al templo y llegar hasta un gran salón vacío. El monje los dejó solos después de hacer una leve reverencia.
Pasaron unos breves momentos hasta que una puerta se deslizó dejando ver a un hombre de cabellera castaña y ojos de un verde muy peculiar– Sean ustedes bienvenidos –saludó cortésmente.
- El Hokage nos envió por su solicitud de escolta –notificó el capitán– Mi nombre es Uchiha Sasuke, yo seré el capitán de la misión, mi segundo al mando –dijo señalando al peligris–  Hatake Kakashi y mis compañeros Uzumaki Naruto y Fukuzawa Sai.
- Veo que el Hokage envió muy buenos shinobi, incluyendo a su hijo –analizó el hombre mirando a cada uno de los shinobi presentes– No tengo duda que esta misión no les presentará dificultad alguna.
- Nos conoce –acotó Kakashi nada sorprendido.
- La fama de su equipo los precede –el equipo entero formó una sonrisa arrogante, pero la alegría se esfumo rápidamente.
- ¿Podemos saber a que se debe la escolta de una de sus sacerdotisas? –cuestionó Naruto.
- Cállate, eso no es de nuestra incumbencia –lo calló Sai dándole un golpe en las costillas.
Naruto se encogió del dolor por el golpe recibido pero no dejó de hablar– Pero Sai-baka, no quieres saber porque nos mandaron a una misión tan fácil.
- Na-ru-to –siseó peligrosamente Sasuke.
El monje principal no se alteró solo cerró los ojos y habló serenamente– Lo que puedo decirles es que muchos quieren el poder con el que nacen las sacerdotisas de este templo y debemos asegurar que el ritual se haga o habrá graves consecuencias.
- ¿Poder? ¿Qué clase de poder? –las preguntas se formaron en la cabeza de todos, pero fue Naruto el que las formuló.
- Solo diré que mantengan una distancia… prudente o se verán en serios problemas.
- Eso no ayudó mucho –el ojiazul se cruzó de brazos molesto.
- Mi hijo Takeshi, los acompañará a sus habitaciones, espero sean de su agrado –y sin decir más el monje se retiró de la habitación.
Un joven castaño y de ojos verdes aceitunados los llevo por los pasillos del enorme templo, el lugar estaba en completo silencio y un poco oscuro. Llegaron frente a una gran puerta donde una mujer estaba esperando, en cuanto estuvieron cerca de ella les abrió la puerta, mientras pasaban se mantenía agachada.
- Si gustan relajarse un poco, el baño esta listo, es la puerta a su izquierda y las demás son las habitaciones –aunque el muchacho jamás perdió la cortesía en sus palabras, su rostro denotaba cierto recelo– Con su permiso, que pasen buena noche.
- Yo pido primero el baño –Naruto corrió y cerró la puerta tras de si.
- Acomodaré mis cosas –Sai desapareció tras la puerta a su cuarto tranquilamente.
- Regreso –y en un PUFF Sasuke desapareció.
Kakashi suspiró derrotado– A veces creo que un equipo de puros chicos es demasiado aburrido.
Sasuke estaba sentado en el techo del templo, prefería estar solo para poder pensar tranquilamente. No era la primera vez que se hacía cargo de una misión, pero si en la que toda la responsabilidad recaía en él. Aunque no lo demostrara era un mar de emociones, y es que había algo que lo distraía de la misión… la despedida de aquella chica que veía en sus sueños y esa distracción era lo que le molestaba. Pero una ráfaga de viento lo sacó de sus pensamientos, había sido algo extraño, el viento llevaba una dirección determinada.
Llevado por la curiosidad, Sasuke, saltó a las copas de los arboles que rodeaban el templo y que aun permanecían en movimiento por la fuerza ejercida por el aire. No le tomó más de un par de minutos cuando pudo ver un gran lago en medio de un claro a la mitad del bosque.
Giro su rostro buscando a su alrededor la causa de la fuerte racha de viento, de pronto vio como las arbustos a la orilla del bosque se movían. Apoyado en el Sharingan pudo distinguir a una persona cubierta por una capa negra. Por su estatura y complexión podría ser una chica o un niño, prefirió esperar a que se retirara la capucha y ver su rostro, pero al parecer esas no eran las intenciones de aquel extraño. Sacó un kunai de su bolso para estar listo en caso de iniciar una batalla.
Observó con paciencia desde su escondite, el encapuchado se paró al centro del lago, el agua comenzó a danzar a su alrededor en pequeños remolinos; el aire le hizo compañía arrastrando flores y haciéndolas girar alrededor de la misteriosa figura. Era un espectáculo maravilloso, Sasuke desactivó su kekkei genkai ya que la luna brillaba con gran esplendor iluminando al danzante de la noche. Sus sospechas, de que era una chica, se vieron confirmadas cuando una delicada mano salió de la protección de la capa, tenía la piel blanca, sumamente contrastante con la oscuridad de su abrigo. Unos rayos se colaron por debajo de la capucha, descubriendo parte del rostro de la chica; unos finos labios rosados y unas mejillas sonrojadas le dieron más indicios de la misteriosa personalidad. Sasuke quiso apreciar un poco más de aquel ser, pero sus movimientos fueron torpes haciendo denotar su presencia.
La oscura presencia huyo sin dejar rastro al oír el sonido de las ramas romperse.
- Tsk, soy un idiota.
Sin prisa alguna, el portador del Sharingan regresó al templo.
- ¿Dándote tus escapadas? –se oyó decir a una voz a sus espaldas– Eso no es común en ti, Sasuke.
- Creí haber visto a un intruso y lo seguí hasta un lago cercano –explicó serenamente el moreno– pero le perdí la pista… Kakashi.
- Jamás creí oír que se te escapara un sospechoso –dijo sonriente el peligris.
- Y no volverá a pasar, te lo aseguro –siseó molesto Sasuke por la burla de su ex sensei.
Sin decir más, ambos shinobi se fueron a dormir para recuperar fuerzas y estar frescos para su misión.
Se levantaron con los primeros rayos de sol y eso, al parecer, también era parte de las costumbres en el templo, amablemente fueron invitados a desayunar con el resto de los habitantes del lugar, extrañamente puros hombres.
- Oye Sai –Naruto llamó la atención de su amigo susurrándole al oído– ¿No crees que aquí hace falta algo?
Sai sin quitar su mascara de sonrisa de su rostro analizó el lugar– Pues ahora que lo dices, se supone que en este templo no solo hay monjes, sino también sacerdotisas. Y desde que llegamos a la única mujer que vi fue la de la habitación.
- ¿Las tendrán encerradas? ¿escondidas? ¿cautivas? –Naruto comenzaba a alarmarse pero su estado de crisis fue detenido por un potente golpe en la cabeza.
- Cállate usuratonkachi.
- Eso dolió –se quejó el rubio sobándose el bulto en su cabeza.
Sasuke lo miró hastiado– Ese era su objetivo.
- Espero que hayan pasado una noche placentera –expresó el monje principal al llegar después de que los shinobi terminaron de desayunar– Ahora quiero que conozcan a mis hijas –los condujo hasta el lugar donde los había recibido a su llegada. Luego de acomodarse hizo una señal y un grupo de mujeres entró; pero ninguna se acercó al monje o al grupo de shinobi.
- ¿Todas ellas son sus hijas? –el rubio no pudo evitar sorprenderse ante la llegada de doce chicas y una mujer ligeramente mayor.
El monje guardó la compostura al oír la expresión de Naruto– Todas las sacerdotisas que nacen en el templo son consideradas hijas del monje a cargo.
Sasuke agachó el rostro molesto, estaba conteniendo las ganas de asesinar a su “mejor amigo”.
- Padre, podrías presentarnos –habló una chica pelirroja de gafas y con el atuendo de sacerdotisa ligeramente abierto en la parte superior.
- Ella es mi hija mayor, Karin –señaló a la pelirroja– Es la que heredará el puesto de sacerdotisa principal del templo.
- Hola –saludó coquetamente guiñando un ojo al capitán de la misión.
- Ellos son los shinobi de Konoha, Fukuzawa Sai, Uzumaki Naruto, Hatake Kakashi y el capitán Uchiha Sasuke.
A los shinobi les corrió una gotita en la nuca al notar que la “sacerdotisa” intentaba coquetear con el menor de los Uchiha, que en la aldea era bien conocido por cubo-de-hielo-sin-sentimientos-Uchiha.
- Disculpe que sea tan directo, pero podría decirnos a quien tenemos que escoltar –exigió cortante Sasuke, empezaba a pensar que su Hokage estaba tomando venganza contra él por maltratar a su pequeño vástago– Entre más temprano salgamos, mayor cantidad de terreno recorreremos sin apresurar el ritmo.
- Tiene razón Uchiha-san, en ese caso esa persona será mi hija menor –invitó a la joven a salir de su refugio entre las demás sacerdotisas, pero al ver que no salía habló más fuerte– Sakura, preséntate.
Una joven comenzó a abrirse paso en la multitud, al llegar al frente su extraña belleza resaltó entre las demás. Cabellera rosa hasta la cintura, piel tan blanca y tersa como la porcelana, una dulce timidez y orbes verdes como el jade, hermosa.
- Mucho gusto, Haruno Sakura, deposito mi total confianza en ustedes para que este viaje sea lo menos complicado –su voz era angelical, digna de su apariencia y llena de calma y tranquilidad.
- Espero que no tengan ningún problema en el trayecto –el hombre le deseo suerte a su hija desde una distancia considerable– ¿Ya esta listo su equipaje? –miró al resto de las jóvenes que asintieron– Vayan a buscarlo.
- Aguarde un momento –interrumpió Sasuke la salida de las sacerdotisas– ¿Ellas vendrán con nosotros?
- Claro, son las acompañantes de mi hija.
- Lamento decir esto, pero entre más seamos mayor será el riesgo de la misión –explicó tranquilamente Kakashi.
- Sakura las necesita…
Sasuke negó con la cabeza– Solo llevaremos a su hija, nadie más.
- Estaría bien si uno de mis hermanos y yo los acompañamos y cuidamos de otra de las sacerdotisas –sugirió Takeshi.
Kakashi y Sasuke intercambiaron miradas– Pero nosotros no nos haremos cargo de su seguridad, si alguno de los tres llega a retrasarse le daremos prioridad a nuestra misión –dijo fríamente Sasuke, mientras la pelirrosa apretaba los puños con impotencia.
- Trato hecho –el castaño extendió su mano y estrecho la de Sasuke cerrando el acuerdo.
Los shinobi esperaban a la entrada del templo a que la sacerdotisa saliera para empezar el viaje. Lo que vieron removió fibras sensibles en cada uno.
Una mujer de cabellos rosa oscuro, despedía a la sacerdotisa; pero la despedida no era lo que hubieran imaginado. La mujer veía con desprecio a Sakura, incluso se podía percibir un ligero odio hacia la joven. Sakura trató de tomar la mano de la mujer, pero ella se apartó dándole la espalda y dejando a la chica con la mano extendida y la mirada llena de lágrimas.
Los hombres de Konoha sintieron una gran tristeza. En breves instantes Sakura estaba a su lado y todos evitaron verla.
u.u

viernes, 1 de junio de 2012

Amores de Leyenda c01


NARUTO Y SUS PERSONAJES © MASASHI KISHIMOTO
“AMORES DE LEYENDA” © SAKURA_TRC
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Summary: Cuenta una leyenda que cuando sueñas con alguien sin haberlo conocido es porque tu destino esta ligado a esa persona. Y eso, Sasuke lo comprobará en una misión. ¿Podrá el amor perdurar o morirá sin siquiera haber nacido? 
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Capítulo 1. La leyenda
Mikoto entraba a la casa después de lavar la ropa y vio al menor de sus hijos sentado en el suelo, con el ceño fruncido y su negra mirada perdida. La mujer de larga cabellera negra se acero lentamente al pequeño, un niño de no más de seis años, piel blanca, cabello tan negro que con la luz daba destellos azules; pero el menor estaba tan sumido en sus pensamientos que no reparo en la presencia de su madre.
- ¿Te puedo ayudar en algo Sasuke-chan? –pregunto la mujer preocupada.
Sasuke fue presa de un pequeño sobresalto y tras unos segundos de silencio miró a su madre a los ojos – Okaasan...
La mujer se agacho, acomodo un mechón negro del cabello rebelde de su hijo y acaricio su rostro– ¿Qué es lo que te tiene tan preocupado hijo? –Sasuke volvió a fruncir el ceño, pero ahora en un gesto de duda– ¿Qué no confías en tu madre?
- Si, pero...
- Oh, vamos dímelo, no puede ser tan malo.
- Okaasan... ¿cómo se puede soñar con alguien a quién nunca has conocido?
La mujer formo una sonrisa tierna y dulce– Cuenta una leyenda que un par jóvenes enamorados fueron separados por una guerra entre sus países; y sus familias, por lealtad a sus aldeas, les prohibieron tener contacto entre ellos. Pero su amor era tan grande que no les importo la distancia que los separaba, buscaron los medios para seguir en contacto; lamentablemente cada intento era un rotundo fallido, siempre un miembro de las familias encontraba el mensaje y lo regresaba a sus dueños echándoles en cara que ese era un amor imposible. La kunoichi, porque ambos eran shinobi, encontró la única forma de ver a su amado y fue a través de los sueños, mediante un jutsu que ella misma desarrollo. La chica buscaba a su amado en el mundo de los sueños y aunque le tomo tiempo y esfuerzo, finalmente lo consiguió y el shinobi gustosamente esperaba cada noche para encontrarse con su amada. Su amor fue tan grande, que ambos dejaron a un lado la vida real para vivir eternamente en el mundo de los sueños y poder disfrutar el amor que la guerra les arrebató. Es por eso que dicen, cuando conoces a alguien en tus sueños, esa persona es tu alma gemela y esta destinada a amarte por el resto de su vida... si logras conocerla –termino el relato Mikoto con un suspiro de amor.
- Yo no creo que en esas tonterías –sentenció cruzándose de brazos molesto– A mi no me gustan las niñas, son... molestas.
Mikoto rió divertida– ¿Puedo saber como es la niña con quien soñaste?
- Nunca dije que soñé con una niña –dijo Sasuke haciendo un puchero y sonrojándose.
- No necesitas decirlo, por lo que veo así es –la mujer acaricio la cara de su hijo y apretó sus mejillas– Cuéntamelo –la mirada llena de curiosidad de su madre lo hizo ceder, además nunca podría negarle nada a esa mujer pero sería con la única que mostraría debilidad.
- Su cabello es ridículamente... rosa, tiene los ojos verdes como el jade –Sasuke se detuvo en su relato y sus ojos negros se desviaron preocupados– Y últimamente ya no sonríe como antes.
- ¿Cómo antes? - dudo la mujer al oír las palabras de su hijo.
- Si, antes sonreía por todo, era TAN DULCE que me daba nauseas –el ojinegro hizo una mueca de asco– Pero últimamente esta triste y tiene esa sonrisa tan fingida que parece como si le doliera el estomago.
- ¿Y sabes porque esta triste?
- No, una vez le pregunte pero es puso a llorar y ya no pudo hablar.
- Entonces tienes mucho tiempo soñando con ella –lo dicho por Mikoto hizo que Sasuke lo pensara detenidamente.
- Mmm, desde que tengo memoria.
La declaración sorprendió a la mujer, jamás había imaginado que algo así le sucediera a su hijo.
- Regresamos – la voz de su marido la saco de sus pensamientos, vio como el hombre entraba acompañado de otro chico, cabello igualmente negro amarrado en una pequeña coleta baja y ojos del mismo color.
- Querido –saludo al adulto y luego acarició la cabeza del chico– Itachi-kun, ¿como estuvo la misión?
Con la llegada del resto de la familia, la conversación del sueño del pequeño quedó en el olvido y Sasuke nunca volvió a tocar el tema.
...
DIEZ AÑOS DESPUES
- Felicidades por tu primera misión como capitán, Sasuke-chan –el hermano mayor de Sasuke le dio una palmada en la espalda mucho más fuerte de lo necesario.
- Hmp.
- Felicidades Sasuke –el patriarca de la familia le tendió la mano, con una mirada severa pero una pizca de orgullo y felicidad atisbaba de sus ojos. Sasuke estrecho la mano de su padre firmemente, con la convicción de que sería un gran éxito.
- Sasuke-kun, sonríe, hoy es un día muy especial –dijo Mikoto sonriendo y atrapando a su hijo en un abrazo. El pelinegro no dudo en corresponderle, después de todo, era la única persona que lo hacía sentir bien ¿o no?– ¿Qué sucede hijo, no dormiste bien?
- Seguramente estuvo soñando con alguna de sus fans –Itachi sonrió burlón dándole un codazo a su hermano menor.
- Cállate idiota –se defendió rápidamente Sasuke aunque la mitad de lo dicho por su hermano fuera verdad.
...
Sasuke se preparó para dormir, todo estaba listo para partir temprano a la mañana siguiente; sería su primera misión como capitán, aunque los acompañaría su maestro, él estaría a cargo de dar las órdenes y que sus compañeros regresaran a salvo a casa. Se acostó con todas las cosas dándole vueltas en la cabeza y “afortunadamente” se quedó rápidamente dormido.
Se vio parado en un valle totalmente verde, flores multicolores cubrían parte del suelo y a lo lejos logro distinguir un árbol de cerezos en flor. Incluso para él era un espectáculo maravilloso. Paseo un poco su mirada y a un lado pudo notar a una persona recargada en el tronco. Camino hasta estar a unos pasos de lo que ahora sabía era una chica, cuerpo delgado, piernas largas y torneadas, piel blanca; y lo que más le sorprendió, cabello rosa corto y ojos verde jade. La joven llevaba puesto un ligero vestido blanco de tirantes, que ondulaba al compas del viento, estaba descalza y parecía no incomodarle.
- Hoy será el último día que nos veamos.
- ¿Hn?
- Daria cualquier cosa por sentir tu calidez –dijo la chica rodeando el árbol, escondiéndose de él.
- No entiendo de que hablas –Sasuke la siguió, la curiosidad, algo raro en él, lo hacía ir tras ella.
- Se que la memoria es traicionera cuando se trata de los sueños y entiendo que no me recuerdes –la joven seguía con el juego de esconderse– Pero a pesar de solo vernos aquí, puedo decir que estoy enamorada de ti.
El pelinegro trato de interponerse caminando al lado contrario– No te puedes enamorar de alguien a quien no conoces.
- Tal vez tu no, pero yo si –calló por unos momentos– ¿Puedo pedirte un favor?
- Has lo que quieras.
- Jamás me olvides –pidió con una sonrisa triste y nostálgica. Sasuke logro ver como una lagrima nacía desde sus ojos y recorría el fino rostro hasta caer al suelo.
La joven se desvaneció y con ella, el árbol se marchitó por completo. Sasuke miró a su alrededor y el verde campo que lo rodeaba, momentos antes, no era más que tierra árida e infértil. Todo había muerto.
Sasuke despertó asustado, tenía mucho tiempo que no soñaba con la chica, cuando era pequeño lo hacía casi a diario, pero conforme fue creciendo los sueños se volvieron cada vez más esporádicos, hasta llegar al punto de casi no tenerlos y condenarlos al olvido. Pero esta vez todo fue diferente, tan vivido, tan real, el dolor de la pelirrosa había estremecido su corazón.
Salió de la casa principal del clan Uchiha, espantó los pensamientos de su sueño y se concentró en su  misión.
- Teme –la voz chillona d un rubio resonó en sus oídos.
- Dobe –siseo Sasuke ante el llamado de su amigo– ¿Dónde están Sai y Kakashi?
- Aquí –giró su rostro para encontrarse una sonrisa en un rostro blanco y de cabello negro.
- Kakashi seguramente llegará tarde como es su costumbre –admitió el chico de ojos azules.
- Naruto quiero que te comportes –Sasuke trataba de imponer orden con sus compañeros, especialmente con Naruto.
- Oi, yo siempre me porto bien, ttebayo, no entiendo porque lo dices –se defendió el rubio cruzando sus brazos tras su cabeza, se sentía ofendido.
Sai le dio un golpe en la cabeza para que dejará de hacer pucheros– Naruto-baka, ¿Qué no recuerdas que en la misión de hoy Sasuke será nuestro capitán?
- Lo había olvidado.
- Yoo –saludó el peligris apareciendo en medio de una nube de humo– Lamento la tardanza, encontré una perro abandonado y me…
- No nos interesa Kakashi-sensei, usted y sus tontos pretextos –se quejó Naruto siendo apoyado desde atrás por Sasuke y Sai.
- Amaneciste de mal humor Naruto.
- No –corrigió el rubio– Me amanecieron, mi madre me tiró de la cama, porque no quería que llegara tarde, me dijo –simuló la cara de su madre estando de mal humor y amenazándolo con un dedo– Hoy es un día muy especial, no PUEDES, no DEBES llegar tarde –regresando a su postura normal el rubio puso cara de pensativo – Pero no recordaba el porqué.
Sasuke se aclaró la garganta – Dejemos de perder el tiempo y salimos de una vez –ordenó caminando a la salida de la aldea.
¿Cuál era su misión? Escoltar a una sacerdotisa del Templo de los Cuatro Elementos a una montaña para un ritual. Lo único que tenían que hacer era llevar a la chica hasta la montaña, asegurarse que llegara con bien y dejarla en un recinto para que orara.
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