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"CIRCO DE 3 PISTAS"
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2DO. ACTO. "PALOMITAS Y CAFÉ"
Algo se movía entre las sombras cerca de la ventana cuando una voz retumbó– No tan rápido.
La chica se giró y se sorprendió al ver que alguien le apuntaba con un arma– Soy una chica indefensa y desarmada –dijo en forma dramática, levantando las manos en señal de rendición.
- No te muevas –siseó molesto– Y ni siquiera pienses en huir.
- ¿A dónde podría huir? –contestó mirando a su alrededor, pero no a su espalda.
- Dije que no te muevas, pon las manos en tu nuca…
- ¿Así? –preguntó la chica con fingida inocencia, dando un pequeño giro para que el hombre pudiera ver sus manos entrelazadas en su nuca.
- No te muevas –gritó el hombre.
- Lo siento, lo siento, no pensé que te fuera a molestar –la chica sonrió divertida, en verdad le gustaba hacer enojar al hombre tras ella.
- Da un paso hacia atrás, despacio.
- Perdóname, pero debo irme, tengo cosas que hacer en casa –se disculpó y con un pequeño salto salió por la ventana dando un giro ágilmente.
El hombre corrió a la ventana y vio a la chica sentada en la rama de un árbol, sonriéndole– Espera, ¿Qué nombre debe poner la policía en el anuncio de "Recompensa"?
- Mmm –la chica se lo pensó– Arlequín.
- ¿Eres el bufón de la corte? –preguntó el hombre sonriendo de lado.
La chica hizo un puchero enojada y lanzó una mirada asesina– Yo no soy una bufón, estúpido caza recompensas.
- ¿Nos conocemos?
- Dicen que hay que tener a nuestros amigos cerca y a nuestros enemigos aún más cerca –contestó arrogante Arlequín– Uchiha Sasuke.
Sasuke se quedó sorprendido al notar que la chica sabía su nombre.
Sakura iba sorteado a la gente en su camino, se le había hecho tarde y con la carga extra que llevaba, no le hacía las cosas más fáciles. Su trayecto se complicó cuando un par de cargadores se atravesaron en su camino con un enorme sofá.
- ¡Cuidado! –gritó la pelirrosa, los hombres se detuvieron sorprendidos al ver la imagen de la chica patinando a gran velocidad contra el mueble. Ambos hombres cerraron los ojos en espera del inminente choque– Lo siento –escucharon los cargadores. Sakura había logrado saltar el sofá y hacer sorprendentes maniobras de equilibrio con sus paquetes.
Minutos después, al llegar al edificio de oficinas hizo el acostumbrado ritual.
- Buenos días –canturreó Sakura entrando al despacho.
- Buen día, pequeña Sakura, ¿Qué tal tu día? –contestó Itachi desde su lugar tras el escritorio.
- Digamos que… un poco ajetreado –Sakura se acercó a la mesa de trabajo y puso una caja y dos enormes vasos– Huevos con tocino, una malteada extra grande de vainilla y… un café americano sin azúcar –la repartidora lo pensó un poco– Que raro que hayas pedido café.
- No es para mí, es para Sasuke, ponlo en su escritorio por favor.
- Ok, pues eso es todo, te veo mañana Itachi.
- Espera, ¿tienes prisa?
- No, de hecho era mi último pedido.
- ¿Me acompañarías a desayunar? No me gusta comer solito –Itachi arrastraba una silla para que Sakura se sentara frente a su escritorio y le hiciera compañía.
Tras la cara de perrito abandonado de Itachi, Sakura no pudo negarse– Está bien, pero si Ino se enoja tú serás el responsable.
- No te preocupes, yo me las arreglo con ella –un recuerdo golpeó la cabeza de Itachi y antes de comer buscó algo en su escritorio– Compré una nueva cámara, tu sabes, para capturar los bellos momentos de la vida y… las evidencias de mis investigaciones.
- Es muy… práctica –contestó Sakura analizando la cámara, era la primera vez que veía una tan tecnológicamente avanzada y de cerca.
- ¿Puedo tomarte una fotografía? Es para mí álbum personal –rogó Itachi aplicando el mismo método con el que la convenció de quedarse.
- Ok –Sakura se acomodó el cabello alistándose, el flash se disparó capturando la linda sonrisa que le regalaba a Itachi– Ahora come o se te va a enfriar.
Itachi abrió la cajita de su desayuno y lo saboreó con solo verlo– ¿No quieres? –preguntó ofreciendo de sus alimentos.
- Gracias, ya desayuné.
- Te lo pierdes –dijo Itachi con una sonrisa y dio su primer bocado, probó su comida con gran gusto, la saboreaba increíblemente– ¿Estudias o solo trabajas?
- Trabajo durante el día y estudio por las tardes.
- ¡Qué bien! ¿Y ya tienes pensado que vas a ser de grande?
- No, aún no estoy segura, pero me gustaría viajar por el mundo, conocer muchos países y gente interesante –los ojos jades brillaron al imaginarse los lugares que solo había visto en fotografías.
- Pero crees que tus padres te lo impedirán –concluyó Itachi notando algo que no había visto antes en Sakura, después lo verificaría en la fotografía que acababa de tomarle.
- No, al contrario, creo que es lo que ellos quieren que haga.
Itachi tomó un sorbo de su malteada– ¿Tus padres quieren que vagabundees por el mundo? ¿Por qué querrían eso?
- Seguramente es porque no la soportan y la quieren lejos de ellos –arguyó la voz desde la puerta, Sasuke estaba parado silenciosamente en la entrada del despacho, escuchando la conversación de Itachi y Sakura.
- ¡Sasuke! –reprendió Itachi no solo con la voz, son con la mirada– ¡¿Cómo puedes decir algo así?
- Porque no se lo cuentas tú –ofreció-ordenó Sasuke a Sakura, que estaba sonrojada de vergüenza. Itachi miraba de su hermano a su amiga y viceversa– Vamos, dile.
Sakura se mordió el labio con rabia, pero se armó de valor– El otro día, él –remarcó la palabra mirando asesinamente a Sasuke– y su estúpida novia fueron a la cafetería y sin querer derramé una bebida sobre ella.
- No entiendo cómo puedes trabajar de mesera siendo TAN torpe, ¿no puedes servir un poco de té sin derramarlo? –reclamó Sasuke furioso.
- No fue mi culpa –contestó Sakura levantando la voz y parándose desafiante frente a Sasuke– si tu novia no hubiera hecho tropezar a ese pequeño niño, nada hubiera sucedido.
- ¡Cálmense los dos! –interrumpió Itachi separando a Sakura y Sasuke– No deberías exagerar tanto las cosas, ¿o es que Karin resultó herida?
- No, pero el resto del día estuvo insufrible –se quejó Sasuke rodando los ojos harto.
- La hubieras dejado sola hasta que se le pasara el coraje –resolvió Itachi, pensando que eso hubiera hecho él.
- Ese fue el problema, ella no quiso que la dejara porque decía que YO la había llevado a esa cafetería de mala categoría.
Itachi empezaba a cansarse del mal humor de su hermano– Deja de hacer una tormenta en un vaso de agua, si no te gusta estar con Karin simplemente déjala.
- Olvidemos el tema, ¿quieres? –bufó harto Sasuke.
- Estoy de acuerdo, pero discúlpate con Sakura primero, fuiste muy grosero con ella…
Cuando ambos hermanos buscaron a la pelirrosa, ella ya se había ido y nuevamente no notaron el momento en que hizo su graciosa huida.
- Tch, parece un fantasma –se quejó Sasuke.
- Es tu culpa, no entiendo porque la tratas tan mal si ella es tan buena chica.
- Si, si, lo que tú digas –aunque la pregunta también se la hacía Sasuke. Llevaba de conocer a Sakura por casi dos meses y no entendía porque sentía que cada vez que la veía perdía los estribos.
Itachi rodó los ojos harto de la actitud de su hermano, tomó su malteada para pasar el trago amargo y se dio cuenta que Sakura había dejado un sobre en su escritorio. Extrañado, examinó la envoltura; tenía su nombre al centro y un pequeño corazón en la parte trasera. Abrió el sobre y revisó su contenido– Mira Sasuke, Ino me mandó unas entradas, ¿quieres ir?
- No gracias –contestó Sasuke mirando los pequeños boletos.
- ¿Por qué no invitas a Karin y vamos todos juntos? Ino envió 3 boletos –Itachi se encogió de hombros– Sirve que te "disculpas" llevándola a un lugar divertido.
Sasuke lo pensó un poco, tendría que doblegarse si quería que la pelirroja dejara de estar malhumorada– Ok, iremos, pero dime que más tienes de la investigación que te pedí.
- Esa chica no tiene un modus operandi definido, se mete a casas, oficinas, lugares de mala muerte; nadie la ha visto con claridad, solo dicen que viste con un traje que hace alegoría a su nombre, Arlequín –contestó Itachi sacando unos papeles de su escritorio– Lo único que nos queda es analizar las cosas que ha robado.
- Pero no tienen nada en común, según los informes policiacos son joyas de mujer y artículos de hombre.
- Tal vez signifiquen algo para ella –opinó dudoso Itachi.
- ¿Qué podrían significar para ella un juego de mancuernillas y un pisa corbatas? Lo creo de la gargantilla y los aretes, pero… ¿las cosas de un hombre?
- Dejémoslo aquí, tengo que revisar mejor los informes policiacos y ordenar mis ideas –Itachi tomó las hojas con las descripciones de los objetos robados y notó algo extraño, pero prefirió no comentarle nada a su hermano hasta poder confirmarlo por él mismo.
Sin mucho ánimo de salir a "divertirse", fue a recoger a Karin al banco, la chica se sorprendió y su mal humor bajó.
- ¿A dónde vamos? –preguntó Karin colgándose del brazo de Sasuke.
- Es… una sorpresa –masculló Sasuke.
- ¿Uchiha Sasuke dando sorpresas? Debe ser el fin del mundo.
- Tienes razón, debe serlo –contestó Sasuke mirando las decenas de juegos de feria, luces, ruido y grandes tumultos de gente; sin mencionar el enorme letrero que se levantaba por encima de sus cabezas.
•·.·´¯`·.·• KONOHA CIRCUS •·.·´¯`·.·•
- Eres increíble Sasuke –Karin brincaba de alegría– Gracias, esto es fabuloso, quiero subirme a la rueda de la fortuna, tiene años que no voy a un circo –la pelirroja jaló el brazo de Sasuke con unos ojos enormemente brillantes– ¡Vamos!
Sasuke dio un paso hacia atrás, el no era un entusiasta de lugares atestados de gente o con tanta… diversión– Espera Karin, yo creo… es mejor que… –pero sus dudas pasaron a segundo plano al ver algo entre la multitud, hizo a un lado a Karin tratando de ver mejor.
- ¿Qué sucede? ¿Qué estás viendo? –preguntó Karin buscando lo que la mirada de Sasuke insistía en seguir– ¡Es esa mesera inútil!
La fijación visual de Sasuke era Sakura. La chica se paseaba sobre los hombros de un joven rubio, ambos comiendo una manzana acaramelada que compartían alegremente.
- Tch –chasqueó la lengua Sasuke y desvió la mirada a otro lado.
- Es toda una mosquita muerta, jamás hubiera imaginado que tuviera novio, es tan torpe y poco atractiva.
- ¿Quién es poco atractiva? –curioseó Itachi sorprendiendo a Sasuke y Karin.
- Nadie –Sasuke evitó una posible discusión entre Karin, Itachi e Ino; los dos últimos apreciaban mucho a la pelirrosa como para dejar que alguien hablara mal de ella. Además Ino parecía tenerle un cariño muy especial, se había dado cuenta de ello el día del incidente en la cafetería.
- Buenas noches –saludó entre dientes Ino matando con la mirada a Itachi.
- ¿Ya cerraste tu cafetería? Si así se le puede llamar a ese lugar con tan mal servicio –hablaba venenosamente Karin contra Ino.
- Ésta noche cerramos temprano, queríamos divertirnos un poco, pero veo que será difícil.
Sasuke e Itachi suspiraron resignados, esa sería una larga noche si no hacían algo. Así que Itachi tomó la iniciativa y trató de calmar los ánimos– ¿Por qué no vamos a dar una vuelta a ver qué juegos hay?
- ¡Que buena idea! –masculló Sasuke irónico.
- Si, es buena idea, pero recuerda que a las 9 tenemos que ir a la carpa principal –le recordó Ino a Itachi muy emocionada.
- ¿Qué hay de interesante ahí? ¿Acaso vas a visitar a tus amigos los fenómenos? –bromeó malintencionadamente Karin.
- No necesito esperar, frente a mi tengo al más grande fenómeno que he visto –contraatacó Ino mirando intensamente a Karin, si hubiera podido le hubiera sacado los ojos y arrancado la lengua en ese instante.
- Karin, Ino, por favor, ésta salida es para divertirse y para que limen las asperezas de su primer encuentro –habló conciliadoramente Itachi para detener las disputas.
Ino relajó sus facciones y tras un fuerte suspiro sonrió y le tendió la mano a Karin– Lo siento, no quise insultarte.
- Yo también lo siento –Karin sonrió apenada y estrechó la mano que la rubia le ofrecía.
Itachi sonrió triúnfate y Sasuke respiró aliviado de no tener que aguantar un pleito de chicas por el resto de la noche.
Las parejas dieron vueltas por la feria, se subieron a la rueda de la fortuna, el carrusel, los carritos chocones, jugaron al tiro al blanco con rifles y dardos. Con el rifle ganó Sasuke y con los dardos Itachi, cada uno obtuvo un premio para su pareja. Sasuke le dio un pececito de peluche a Karin e Itachi ganó un conejo blanco para Ino, que abrazó efusivamente a su galante acompañante.
- Ya casi son las 9 –gritó Ino al ver que su reloj marcaba las 9 menos 20– Vamos, quiero los mejores lugares para el espectáculo.
Al llegar a la carpa se encontraron con una larga, larga fila esperando por entrar– Hay mucha gente –reconoció Itachi al ver un poco más de 100 personas formadas– El espectáculo debe ser muy bueno.
- ¿Qué vamos a hacer? No creo que siquiera podamos entrar –se lamentó Karin, después de todo se había divertido con la compañía de la rubia.
- ¡No digas eso! ¡Yo quiero entrar no importa a quien tenga que matar! –Ino gritaba y agitaba a Karin sin compasión y mucha desesperación.
El escándalo llamó la atención de mucha gente, sobretodo de un castaño de coleta que iba pasando– ¿Ino?
Los acompañantes de la rubia buscaron la voz que la llamaba.
- Shikamaru –sollozó Ino abrazando al hombre– ¡Qué bueno verte!
- A mi también me da gusto verte, pero dime, ¿Por qué tanto alboroto? –preguntó tranquilamente Shikamaru, no estaba nada extrañado con el raro comportamiento de la rubia.
- Quiero entrar, quiero estar en primera fila, pero… –con sus enormes y acuosos ojos azules, Ino señaló la larga fila que esperaba para entrar a la carpa.
- Comprendo, vamos, los voy a meter –invitó Shikamaru a que lo siguieran.
- Gracias, mil gracias, cuando vayas al café te invitaré lo que quieras –Ino sonreía triunfante mientras les daba la señal a sus amigos que la siguieran.
Shikamaru saludó al tipo de la entrada y le indicó que los cuatro iban con él, además de que reconoció y saludó alegremente a Ino. Cuando entraron se quedaron maravillados con la decoración de la carpa; luces y banderines multicolores, globos de todas formas y colores, una enorme pista y dos postes altísimos. El sitio era un paraíso para los niños y también, para uno que otro adulto que disfrutaría de la magia y alegría que prometía el circo.
Después de salir de la estupefacción, Itachi recordó la forma en que entraron– Ino… ¿cómo conoces a esos hombres?
- Shikamaru y yo somos viejos compañeros.
- ¿Compañeros? –preguntó Karin sin entender, aunque tampoco era algo que fuera de su incumbencia.
- Si, yo solía trabajar en este circo –Ino veía el lugar con mucho cariño.
- ¿De verdad? –el hermano mayor de los Uchiha estaba muy sorprendido e intrigado– ¿Qué hacías aquí?
Las orbes azules de Ino miraron hacia arriba, en lo alto de la carpa se veían los trapecios preparados para usarse, al igual que la cuerda floja– Yo solía ser trapecista.
- ¿Y qué pasó? –la pregunta salió por si sola de los labios de Karin, que no tardó en arrepentirse por ser demasiado entrometida, al ver los ojos llorosos de Ino– Lo siento, no debí preguntar.
- Está bien Karin –calmó Ino sonriendo tristemente– Caí desde esa altura y aunque estaba la red de seguridad, me rompí una pierna y nunca volví a tener confianza en mí misma.
- Lamento mucho lo que te pasó –se disculpó apenada Karin.
- No te preocupes, lo pasado, pasado –Ino sonrió orgullosa– No me arrepiento, además dejé un excelente remplazo.
La gente comenzó a llenar el lugar, tras breves charlas y comentarios de lo espectacular que era la decoración, las luces se apagaron y un solo reflector alumbró el centro de la pista. Un hombre, cubierto la mitad del rostro y un ojo con un parche al puro estilo pirata, apareció micrófono en mano.
- Buenas noches, damas y caballeros, mi nombre es Hatake Kakashi, agradecemos su asistencia y esperamos que nuestro humilde espectáculo sea de su agrado –el hombre hizo una reverencia como agradecimiento– Ésta noche podrán ser testigos de arte, magia y de las más grandiosas habilidades de nuestra gran familia; ahora démosle la bienvenida al sublime arte que Hinata nos mostrará.
Una hermosa chica de larga cabellera negra y exóticos ojos lila aperlados, salió a la pista. Llevaba puesto un brillante leotardo, en tonalidades azul y morado; su voluptuoso cuerpo estaba perfectamente delineado. Hinata inició la función con una delicada danza de listones multicolores, las largas tiras de satín parecían tener vida propia al bailar alrededor de la bella joven. Era un despliegue de arte y belleza sin igual.
El show continuó con una decena de diferentes espectáculos, cuchillos alrededor de una chica, perros adiestrados, malabares, payasos, magia e ilusiones, escapismo, el hombre bala y al final Kakashi volvió a salir a la pista.
- ¿Les ha gustado el espectáculo? –preguntó emocionado Kakashi.
- ¡Si! –gritaron los espectadores.
- Bien, éste espectáculo cerrará con el acto más esperado por todos ustedes, la pareja de trapecistas más joven que ha presentado éste circo –Kakashi señaló con el brazo hacia lo alto de la carpa, donde las luces se dirigieron– Denle la bienvenida a los Haruno.
Los aplausos resonaron en la carpa, dos jóvenes con trajes elásticos naranja y negro, levantaron los brazos en forma de saludo al público. Cada uno tomó su trapecio y comenzó a balancearse para hacer su espectáculo. Empezaron con algo básico, la chica dio una vuelta sencilla hacia adelante y fue atrapada en el aire; pero conforme fue avanzando el show, las ejecuciones eran cada vez más complejas. Al final terminaron con un doble giro, nada del otro mudo, si no fuera porque la chica hizo el giro hacia atrás.
El espectáculo fue un éxito y los Haruno bajaron de las grandes alturas para agradecer al público. Muchos de los asistentes quedaron impresionados al ver a la joven pareja; una exótica chica de cabellos rosas y ojos jade; y un joven de enorme sonrisa, cabello rubio y vivaces ojos azules.
- No lo puedo creer –balbuceó sorprendido Itachi mientras aplaudía.
La pareja salió de la pista principal escoltados por los estridentes aplausos del público.
- Fue casi perfecto –festejó emocionada la pelirrosa.
- Si, si hubieras tenido la amabilidad de advertirme que era invertido, hubiera estado mejor preparado –su pareja de acrobacias se quejaba enérgicamente.
- Es que se me ocurrió de último momento, pero no estás enojado ¿verdad, Naruto?
El rubio bufó cansado y rodó los ojos– Como podría enojarme con la persona que más amo –dijo Naruto abrazando cariñosamente Sakura.
- Sepárense por amor de dios, cada vez que lo oigo o veo, no sé si morirme de la envidia o vomitar de asco –Ino había entrado tras bambalinas y sorprendió a Naruto y Sakura en medio de su muestra de cariño.
- ¡Seguridad! ¡Seguridad! –gritaba Sakura fingiendo estar aterrada– ¡Una loca y desquiciada fan a entrado a mi camerino! ¡Ayuda! ¡Ayuda!
- Cállate frentona –la rubia le dio un ligero golpe en el brazo para "tranquilizarla".
- ¡Me quiere matar! ¡Auxilio! –seguía gritando Sakura exageradamente.
- Basta Sakura, vas a armar un alboroto –Naruto le tapó la boca abrazándola por la espalda, aunque parecía estarse divirtiendo con lo que sucedía– ¿Cómo estas Ino?
- Excelente, gracias y veo que tú también.
Naruto soltó a Sakura y abrazó afectuosamente a Ino– Si, ¿Qué te trae por aquí? ¿Nostalgia?
- Algo así, y unos amigos que quieren saludarlos –Ino sacó un poco su cabeza de la carpa y llamó a alguien. Tras ella entraron tres personas más, dejando a Sakura perpleja.
- ¡¿Qué hacen aquí? –preguntó furiosa la pelirrosa.
- Queríamos conocer a tan espectaculares trapecistas –Itachi se veía realmente emocionado.
- ¿Puedo hablar contigo? –ordenó Sakura arrastrando a Ino por el brazo afuera de la carpa.
- Hey, Sakura ¿Qué te pasa? –reclamó Ino sobándose el brazo.
Los ojos jade fulguraban iracundos– ¿Qué hacen ellos aquí?
- Kakashi me mandó unos boletos, pensé en traer a unos amigos y los primeros que me vinieron a la mente fueron Itachi y su hermano. Además, ¿qué tiene de malo?
- Que a la última persona que quería ver en mi hogar era a esa cabeza de remolacha.
- No hables así de Karin, ella no es tan mala como crees.
- ¡Es peor! –gritó Sakura enojada.
- ¿Estas molesta Sakura?
- Itachi… –Itachi las había sorprendido saliendo de la carpa tras escuchar los gritos de la repartidora– Yo… lo siento, tengo cosas que hacer.
- Espera, ¿Por qué no nos dijiste que trabajas en el circo? –Itachi trató de impedir que Sakura se marchara.
- Seguramente porque se avergüenza –dijo venenosamente Karin– ¿Qué persona decente podría trabajar aquí? Solo los vagos.
Sakura giró sobre sus talones enfurruñada– Mira cacatúa, nací y crecí en el circo y estoy completamente orgullosa de ser una artista circense. Y déjame decirte –se acercó a Karin y con un dedo la empujó haciéndola retroceder– las personas que pertenecen a un circo son mucho más honestas y leales que cualquier citadino corriente como tú –siseó mirando de pies a cabeza a la pelirroja– Si me disculpan, no quiero seguir respirando el mismo aire que esta víbora, oh, que me disculpen las víboras, son mejores que ésta… cosa –Sakura se retiró murmurando enojada y golpeando el suelo a cada paso.
- Lamento su comportamiento, pero Sakura no es de las personas que midan sus palabras –se disculpó el rubio– Mi nombre es Haruno Naruto, mucho gusto.
- Que grosera, con el alboroto no los presenté –intervino Ino apenada– Ellos son Itachi, Sasuke y ella es Karin.
Todos se saludaron cordialmente dejando atrás el incidente con Sakura.
A kilómetros del asentamiento del circo, cerca del centro de la ciudad y en uno de los lugares más suntuosos, se estaba festejando algo muy… privado.
- Gracias a todos por acompañarnos, ésta noche es muy especial para nosotros –anunció un pelirrojo muy galante– Deidara y yo se los agradecemos de todo corazón.
- Basta de hablar Sasori, déjalos disfrutar de la cena –intervino un rubio peinado con media coleta– Espero que los alimentos sean de su agrado.
Con una copa en alto, los asistentes a la cena de gala agradecieron y probaron el banquete que habían preparado especialmente para ellos.
El lugar era un salón de fiestas con grandes ventanales, adornado con rosas rojas y blancas, manteles de los mismos colores y elegantes centros de mesa con forma de espiral, donde se acomodaban las hermosas flores.
Era una fiesta de la más rigurosa etiqueta, los invitados llevaban fracs y esmóquines; las mujeres iban en suntuosos vestidos de noche claramente costosos.
Al terminar la cena y antes del postre, Sasori pidió silencio para hacer un brindis.
- Antes de que todos perdamos la consciencia por tanta champaña –acotación que hizo reír a todos – Quiero que sean testigos de esto –el pelirrojo sacó una pequeña caja del bolsillo de su saco– Deidara, con esto quiera darte una muestra de lo que siento y preguntarte, ¿quieres pasar el resto de tu vida conmigo? –la proposición fue coronada con un hermoso anillo con un diamante rosa en forma de corazón en el centro.
Los invitados a la cena estaban boquiabiertos ante tan seria pregunta, pero su estupor fue roto por la liberación de decenas de palomas blancas. La gente aplaudió el emotivo momento y una que otra mujer soltó algunas lágrimas.
La última paloma en ser liberada, voló en círculos sobre los enamorados y luego remontó el vuelo, hasta posarse en un candelabro al centro del techo. Lo curioso era su color rosado. Muchos fijaron su vista en el pequeño animal, que de pronto hizo una pequeña explosión asustando a todos. Cuando el humo se disipó, lograron escuchar unos aplausos.
- Bravo, bravo, que gran muestra de amor –dijo irónica la chica sentada en el mismo lugar en el que la paloma estaba parada sobre el candelabro– ¡Que envidia! Digo, de la buena, no crean que es con malas intenciones, pero este tipo de amor TAN sincero e incondicional no se encuentra a diario… por lo menos yo no lo he podido hallar –de un salto aterrizó grácilmente en uno de los centros de mesa y tomó una rosa para olerla– El lugar es hermoso, las flores huelen delicioso y el detalle de las palomas fue sencillamente ex-qui-si-to –sonrió traviesa– Aunque yo las prefiero con caramelo.
La chica movió su mano derecha y haciendo sonar unos cascabeles; las joyas de todos exploraron convirtiéndose en palomitas de maíz cubiertas de caramelo.
- ¡Ah! –gritaron las mujeres al ver como sus preciados accesorios se convertían en vulgares bocadillos.
La "intrusa" bajó de la mesa de un brinco, levantó una palomita y se la hecho a la boca– Mmm –degustó la chica– Deliciosa.
- ¿Qué… quien demonios eres? ¿Y que haces aquí? –preguntó confundido Deidara.
- Me llamo Arlequín y vengo por la joya del corazón.
Sasori inmediatamente entendió a lo que se refería y buscó en el suelo desesperadamente, pero eran tantas palomitas que no pudo distinguir la joya.
- ¡Deténgala! –gritó el pelirrojo para ganar tiempo.
- No tan rápido, con su permiso –dijo Arlequín tomando un cascabel de su traje y lanzándolo al aire. El movimiento causó que el cascabel resonara y, nuevamente cambio el aspecto de las palomitas de maíz en verdaderas palomas blancas. A excepción de una, que era rosa y voló por encima de Arlequín; tras varias vueltas explotó convirtiéndose nuevamente en el anillo de compromiso.
- ¡El anillo! –señalo Deidara.
- Muchas gracias por la cena, pero ya debo retirarme –Arlequín hizo una reverencia y todas las palomas la rodearon; acto seguido, se dispersaron escapando por los enormes ventanales. Arlequín había desaparecido.
- ¡Lo volvió a hacer! –gruñó frustrado Sasuke.
Itachi se asustó con el tono que usó su hermano, lo había tomado desprevenido– ¿Qué te pasa?
- Esa ladrona, Arlequín, anoche robó un anillo de compromiso.
El mayor de los Uchiha revisó el informe policiaco que Sasuke había tirado sobre su escritorio– Esto supera todo lo que ha robado –Itachi sacó la lista con los precios aproximados de los artículos de joyería que la ladrona había tomado– Este anillo es único, la montura es de platino y el diamante es algo sumamente extraño, es color rosa y de una manera, extraordinariamente natural, tomó la forma de un corazón.
- Te lo dije, solo lo hace por dinero –señaló Sasuke enojado.
- Aclárame algo, ¿Por qué se hace llamar Arlequín? ¿Es para burlarse de sus víctimas?
- No, las veces que la he visto lleva puesto un disfraz de un arlequín, ya sabes algo elástico hecho con trozos de tela, un extraño gorro con cosas como cuernos, pero que cuelgan y una máscara blanca.
- Ya entiendo, es como un payaso.
- Aquí está su pedido –anunció Sakura abriendo la puerta de la oficina de golpe.
- Buenos… días… pequeña… Sakura –tartamudeó Itachi al ver a la pelirrosa claramente enfadada e irradiando un aura peligrosa.
- No tienen nada de buenos –gruñó la repartidora azotando dos vasos y un empaque de comida.
- ¿Amaneciste del lado equivocado de la cama? –preguntó Sasuke extrañado. Sakura miró a Sasuke amenazadoramente, miró el suelo y le dio un fuerte pisotón– ¡Auch! ¡¿Qué demonios te pasa?
- Espero que los alimentos sean de su agrado –refunfuñó Sakura haciendo un puchero.
- ¡Sakura! –llamó Itachi temiendo una agresión, pero aventurándose por una oportunidad única.
La pelirrosa se dio una media vuelta bruscamente agarrándose de la puerta de la oficina, conteniendo su ira– ¡¿Qué?
- Sonríe –pidió Itachi tomando una foto sorpresivamente.
Sakura se retiró gruñendo improperios.
- No entiendo lo que pasó, pero… ¿Por qué hiciste eso? –preguntó más que confundido Sasuke.
- Solo es un pequeño experimento –contestó Itachi revisando la foto que acababa de tomar, había descubierto algo muy interesante.
(。◕‿◕。) Continuará (。◕‿◕。)
Lamento la demora.
XOXO