viernes, 10 de febrero de 2012

Mi Regreso c01

Capítulo 1. "Volviendo de una larga ausencia"

Ya llevaba la mitad de la noche caminando bajo el manto estrellado, y es que le pareció mejor recorrer el desierto cuando el astro solar no estuviera presente, prefería el frío al insoportable calor. Pronto sus ojos lograron divisar el comienzo del bosque que nacía a la orilla del desierto que iba dejando atrás poco a poco. Apresuro su paso y cuando por fin hubo llegado al bosque aspiro hondo, por Kami, jamás se imagino extrañar ese olor a humedad que desprende ese lugar.
- Hace tanto tiempo que no veía pasto –decía por lo bajito, de todos modos nadie le oiría.

Siguió caminando el resto de la noche y también el dia que comenzaba, hasta que se dio cuenta que empezaba a anochecer, camino otro rato más hasta que decidió descansar, al fin ya había hecho la mitad del recorrido y dejo hace un buen rato atrás, la parte más pesada. Se recostó en el verde prado, ni siquiera pensó en sacar una manta, se conformo con la capa que le cubría desde su cabeza hasta sus tobillos, además no la necesitaba, ya que se acostumbro a las frías noches desérticas. Su cabeza vagaba entre los que le esperaban en su aldea natal, se preguntaba cuanto habrían cambiado. De verdad ansiaba llegar, pero el recorrer el camino de un solo golpe y agotar toda su energía no era una opción, siempre puede haber alguien esperando para atacar, y eso lo había aprendido de la peor forma. Después de un rato de divagar mentalmente se quedo dormida.
Despertó con los primeros rayos solares que se filtraban a través de las copas de los arboles, se levanto, sacudió un poco su ropa y emprendió su andar. Si sus cálculos estaban correctos llegaría a Konoha ya entrada la noche, se había ahorrado un día de camino.

- Nota mental –se dijo- la próxima vez, lo hare en día y medio, si eso haré –una sonrisa casi imperceptible asomo de sus labios.
Como lo había predicho, pasaban las 10 de la noche cuando logro ver las puertas de Konoha. Su llegada paso desapercibida ya que no había guardia alguna. Esto le quito un peso de encima y es que había pensado en ir a ver a la Hokage hasta la mañana siguiente; después de todo tenía derecho a dormir en su cama plácidamente, y no estar dando informes a mitad de la noche a una Tsunade ebria festejando su regreso. No, no es que no quisiera verla, no, claro que quería verla, después de todo era como su madre.

- Es mejor ir mañana, prefiero dedicarle la mañana entera para "dar mi informe" –rio por lo bajito – Na, a quien engaño, lo único que haremos será chismear sobre todo lo que hice en mi misión.
Con todo esto en mente, pronto llego a las puertas de su hogar. Tuvo un extraño sentimiento, pero lo atribuyo a que extrañaba su hogar pero también consideraba que había dejado algo importante en Suna. Lo primero que hizo fue arrojar su mochila en una esquina olvidada de su cuarto, tomo una toalla y su pijama del armario, y se fue a dar una reconfortante ducho caliente y poder sacarse la arena que traía metida hasta en lugares insospechados de su bien formado cuerpo. Al salir del baño, después de remojarse hasta quedar como pasita (N/A: para los que no sepan, es cuando te quedas en el agua hasta que estas arrugadito como viejito XD); sacudió un poco su cama para quitar el polvo acumulado y se metió entre las sabanas. Después de unos minutos cayó en los brazos de Morfeo.



Se levantó sin pereza, se dio una rápida ducha y se vistió con un pantalón tipo cargo color café y su típico chaleco rojo con el aro blanco a su espalda. Camino despacio, era temprano, no se encontraría a nadie en su recorrido a la Torre de la Hokage, así lo quería, su llegada sería una sorpresa. Llego a la entrada, subió las escaleras, camino el largo pasillo que daba a la oficina de su maestra, tomo aire y toco con sus nudillos la puerta esperando una respuesta.

- Adelante –se oyó una voz fuerte y clara al otro lado de la puerta.
Tomo el picaporte lo giro y con una sonrisa en su rostro abrió la puerta. De su boca, salió una suave voz.

– Buenos días, Tsunade-sama –observó la habitación con la mirada y cuál fue su sorpresa, sus amigos estaban ahí– Naruto, Sai, que gusto verlos –dijo de una manera alegre, continuó su recorrido con la mirada– Kakashi-sen…sei… –su voz se fue apagando conforme su mirada descifraba lo que observaba.
- ¡¿Sakura?! –expreso la Hokage nerviosamente.

Si así es Haruno Sakura, había llegado un día antes de lo previsto de su misión en Suna. Todos en la habitación quedaron entre sorprendidos y alegres por la llegada de la kunoichi, pero no era el momento justo y temían a su reacción. La miraban expectantes y no sabían interpretar la expresión que demostraba su hermoso rostro, sus ojos jades simplemente no decían nada.
- Lo siento, creo que llegue en mal momento Tsunade-sama, paso más tarde para entregarle mi informe, con su permiso me retiro –hizo una leve reverencia, dio un paso atrás, cerró la puerta y se alejo de la torre a paso lento.

Cuando hubo llegado a su destino, Sakura se encontraba muy pensativa– ¿Qué demonios...? ¡¡¡NARA SHIKAMARU, ME DEBES UNA EXPLICACIÓN, SAL EN ESTE MOMENTO SI NO QUIERES QUE TU CLAN SE QUEDE SIN HEREDERO!!! –grito a todo lo que sus pulmones le dieron.
Dentro de una de las alcobas en la residencia principal de los Nara solo se vio un chico de cabello castaño tirado en el suelo junto a su cama, con una cara de ¿horror?

- ¡Que problemático! Pensé que vería primero a Tsunade-sama o a Naruto –un escalofrío recorrió su espina dorsal al pensar lo que le esperaba.
Solo se veía a una pelirrosa caminando como fiera enjaulada en la puerta de la residencia Nara, de su cuerpo solo se veía una aura negra emanada por su creciente ira, la cual descargaría en la primera persona que se atreviera a interrumpir sus pensamientos.

Unos minutos después vio la puerta abrirse y dar paso a un chico de coleta, con una cara de aburrimiento mezclada con miedo.
- Tsk Sakura pensé que llegabas hasta mañana… –pero fue interrumpido por la pelirrosa.

- Shikamaru, dime ¿qué está haciendo ÉL aquí? –dijo con un tinte tétrico en su voz.
- Entonces ¿ya lo viste?

- Por supuesto que ya lo vi, pero dime ¿Por qué demonios no me dijiste que UCHIHA SASUKE ya había regresado a la aldea? –señaló acusadoramente a su amigo, el cual iba a protestar, pero se vio interrumpido por la pelirrosa– Y no me digas que es problemático.
- Tsk, por lo menos me diras si ya desayunaste –trató de calmar un poco la situación, ya que con Sakura nada era seguro y su personalidad cambiante, ni el mejor estratega de toda Konoha podía predecir las posibles reacciones de su pelirrosada amiga.

- No aún no he desayunado, sino ya me hubiera hecho indigestión –dijo un poco menos enojada.
- Ven, pasa, te invito a desayunar –invitó cortésmente, le esperaba una larga charla con su amiga para explicarle lo que sucedió en su ausencia.



EN LA OFICINA DE LA HOKAGE

En cuanto Sakura dejo la oficina se formo un silencio sepulcral. Nadie se atrevía a hablar o mejor dicho nadie sabía que decir.
- Disculpe Tsunada-sama, pero no se suponía que Sakura regresaba hasta mañana –se atrevió a pregunta Kakashi.

- Si vieja, no se supone que Sakura-chan partió ayer de Suna, ¿Cómo es posible que ya esté aquí? –dijo un Naruto en un tono acusador.
- No me vuelvas a decir vieja Naruto, yo estoy igual de sorprendida que ustedes –pensó un momento y continuo hablando– Bueno pues ya pasó lo peor, ahora solo hay que ver como toma las cosas. Pueden retirarse.

- Pero… no iba a darnos una misión, dattebayo –preguntó algo dudoso el rubio.
- No, para lo que quería hablar con ustedes era sobre el regreso de Sakura y ver cómo íbamos a manejar la situación de que Uchiha había regresado a la aldea.

- Hmp –fue lo primero que había pronunciado el aludido en todo el tiempo que llevaban en la oficina. Ni siquiera se había inmutado con la presencia de la pelirrosa, es más hasta parecía indiferente ante la situación.
- ¿QUÉ NO ENTENDIERON? –gritó la rubia de coletas– ¡¡¡YA VAYANSE, TENGO TRABAJO QUE HACER Y ME ESTORBAN!!!

- Con permiso –dijo Sai, haciendo una reverencia y retirándose, siendo seguido por un rubio molesto y un moreno sin expresión alguna en su rostro.
- Hasta pronto Tsunade-sama –se despidió el peliplateado y desapareció en un PUFF.

Todos "salieron" de la oficina dejando a una preocupada Tsunade que se seguía preguntando como se estaba tomando Sakura el regreso del Uchiha.



EN LA RESIDENCIA NARA

- Entonces ¿llego semanas después de que partí a Suna? – pregunto una contrariada Sakura.
- Si, al parecer ya había completado sus objetivos y decidió regresar – dijo el Nara como si no fuera nada importante y termino de un sorbo su café.

- Mmm –emitió pensativa– y ¿Qué… lo dejaron regresar así como si nada?
- No claro que no Sakura, no seas tonta, se le impuso un castigo de arresto domiciliario por 2 meses vigilado por 2 equipos ANBU y viviendo bajo la supervisión de Kakashi-sensei y Naruto.

- ¿Y el resto de su equipo Hebi, qué paso con ellos?
- Pues creo que dos de ellos pasaron a formar parte de un equipo ANBU… pero Juugo se encuentra trabajando con nosotros.

- ¿Cómo que trabaja para ustedes? –dijo la kunoichi con una total cara de interrogación y asombro.
- Al parecer a él le gustan los animales y cuidar de ellos, así que mi padre le dijo a Tsunade-sama que lo dejara a su cargo y desde entonces se encuentra trabajando en el bosque.

Sakura se levanto de la mesa donde habían desayunado, recogió los trastes y comenzó a lavarlos. Sus pensamientos estaban hechos un caos.
- ¡¡Shannaro!! Viste lo guapo que se puso, kami, está hecho un bombón –gritaba como histérica su inner.

- Si claro, pero él nos trato mal, muy mal –le rebatía Sakura a su inner en sus pensamientos.
- Si pero no podemos negarle una segunda oportunidad –dijo su inner con cascaditas en los ojos y con tono de suplica.

- Pero no voy a tratarlo como antes, nosotras ya lo olvidamos y ya no sentimos nada por él.
- Demostrémosle que nosotras ya no besamos el suelo por dónde camina, pero tampoco podemos tratarlo como el nos trato.

- Tienes razón, voy a tratarlo igual que como trato a los demás –esto lo dijo en voz alta y el Nara la miro raro.
- Y a esta que le pasa –bueno no se le hacía tan raro que su amiga se ausentara de la realidad de vez en cuando ¬¬' y tampoco que hablara sola– ¿Otra vez hablando sola Sakura? –no pudo contener una risa que se le escapó.

Sakura lo miro avergonzada –¡¿Dije eso en voz alta?! –mientras su cara se tornaba roja al darse cuenta que volvía a decir en voz alta sus pensamientos– Creo que será mejor irme, ya te cause muchas molestias –su semblante se volvió triste. Esto no paso desapercibido por su amigo de coleta.
- Pero aún no me has contado cómo te fue estas últimas semanas en Suna.

- Si te refieres a que si Temari estuvo hablando de ti, pues si, si lo hizo pero eso es algo que no pienso contarte, ojo por ojo y diente por diente Nara, así me cobrare tu falta de comunicación al no haberme dicho que el Uchiha regresó.
- ¿Desde cuando somos Nara y Uchiha?, Sakura.

- Desde que tú me escondes cosas y desde que el intento matarnos a Naruto y a mí, la última vez que lo vi –dijo esto con un tono que denotaba enojo– Creí que entre tú y yo había confianza Shikamaru –su voz cambió a una triste– pero creo que me equivoque –su rostro cambió a un semblante nostálgico.
- No Sakura no te equivocaste, sabes que te quiero mucho y nunca haría algo para lastimarte, y no malinterpretes, fue Tsunade-sama la que nos ordeno no decirte nada –la abrazó con un gesto de cariño, para que la kunoichi comprendiera que no había sido su culpa.

- Entonces Gaara… cof cof… digo el Kazekage-sama ¿también lo sabía?
- Pues claro, pero como Tsunade-sama quería hablar primero contigo y no podía hacerlo hasta que regresaras, le pidió de favor que no te dijera nada.

Sakura se puso triste, es que acaso la seguían considerando ¿débil? y pensaban que su ánimo se rompería en cuanto lo supiera…– Bueno ahora si ya me voy, nos vemos luego Shikamaru, pásate por mi casa después ¿si?, Temari te mando un regalo –le dio un beso en la mejilla y salió de la casa del castaño, este solo le hizo una señal de despedida con la mano.
El castaño después de su sesión de tortura por parte de la kunoichi se fue a recostar a la orilla de su casa que da al patio trasero.

- Bueno lo tomó mucho mejor de lo que esperaba, por un momento pensé que iba a morir por una golpiza con su tremenda fuerza sobrehumana –sus pensamiento se alejaron como las nubes que observaba– Temari, ¿Qué estará haciendo? Tsk ¡que problemático es el amor!



AFUERA DE LA TORRE DE LA HOKAGE

- Voy a buscar a Sakura-chan para saber si está bien –expresó Naruto con un deje de preocupación en su voz.
- Será mejor dejarla un tiempo a solas, además ya debió de haber encontrado a alguien con quien desquitar su ira, sino ya hubiéramos oído algún tipo de destrucción, ¿no crees? –comentó de lo más tranquilo Sai.

Sasuke, sin embargo, seguía su camino como si nada hubiera pasado.
- Oye teme, ¿qué no te alegra ver a Sakura-chan? –preguntó algo molesto el portador del kyubi.

- Me da lo mismo que este o no, seguramente sigue siendo una molestia, dobe –escupió de la forma más cruel que pudo sin detener su andar.
- ¡Argh! En verdad eres un teme, espera ¿A dónde vas? –preguntó tratando de detenerlo.

- Pues no pienso seguir perdiendo mi tiempo aquí parado sin hacer nada, voy al campo a seguir entrenando, usuratonkachi –dijo ya en un tono molesto.
- ¡¡¡Voy contigo!!! –corrió para alcanzar al moreno– ¿no vienes Sai? –dijo al ver que su otro amigo no emprendía la caminata.

- No Naruto, yo voy a comprar algunas cosas que me hacen falta, nos vemos luego –se despidió caminando al lado contrario del rubio.



EN LA CASA DE LA HARUNO
Sakura "decidió" después de meditarlo un laaaaaaaaargo rato hacer un "poco" de limpieza en su casa, pero primero se puso ropa más cómoda para iniciar la pesada labor.

- Creo que estar fuera 6 meses hizo que se acumulara un poco el polvo –pensó esto mientras escurría una gota de sudor en su frente al ver todo el polvo acumulado durante su ausencia.
- ¡¡¡Kyaa!!! Mejor vamos a buscar a Sasuke-kun –gritaba su inner al ver todo el trabajo de limpieza que les esperaba.

- ¿Sasuke-kun? No habíamos quedado en tratarlo igual que a todos, eso implica no usar el -kun, entendiste, solo será Sasuke, además YO YA NO LO QUIERO.
- ¡¡Ash!! No seas tan amargada, el que digas que no sientes nada por el no quiere decir que sea cierto, si yo lo sigo amando eso quiere decir que tu también.

-¿Sientes eso?
- ¡¡¡Shannaro!!! Vamos a matar al que se atreve a espiarnos.

- Jijiji –Sakura río ante la actitud agresiva de su inner– tienes razón pero es muy bueno, apenas si pude detectar su presencia, pero… no logro encontrar su ubicación exacta.
- ¡¡¡Tengo una idea!!! Vamos a crear una distracción.

- Ah sí y… ¿cómo le vamos a hacer? –le preguntaba a su inner con un tono de curiosidad.
- Tú solo déjamelo a mi.

- Mmm, ok. –termino la conversación despreocupada, pero sin haber dejado de hacer el aseo.
La pelirrosa resopló tratando de quitar un mechón que caía en su cara y le hacía cosquillas en la frente. Luego fue a la cocina por una escoba, puso el estéreo con música movida y comenzó a bailar alrededor de la escoba de una manera muy sexy (N/A: XD, le salió lo bailarina exótica que todas traen dentro). Unos minutos después se sintió un poco acalorada, se quito la playera y quedo en un top negro.

- Ahora –solo se vio una sombra salir por la ventana y poner un kunai en la garganta del atrevido espía que se encontraba en el árbol frente a su casa.
- ¿Qué haces por aquí… Kakashi-sensei? –empezó la conversación bastante molesta.

- Nada, solo pasaba por el lugar y decidí venir a visitarte –dijo con una risita nerviosa el jounin– ¿Podrías… quitar tu arma? Es que me pone nervioso –una gota de sudor cayó por su sien.
- Claro, pero si venías de visita porque no lo haces como la gente normal, además cada día te pareces más a ese viejo pervertido de Jiraiya –bajó del árbol y le hizo un ademán para que pasara a la casa.

Como buena anfitriona, le sirvió una taza de té helado, Kakashi disfruto el sabor de su bebida– Sakura, estoy preocupado por ti. Sé que últimamente no hemos compartido misiones y que casi no nos vemos pero, sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosa –la miro con ternura en sus ojos.
- Kakashi –habló con paciencia– no me pasa nada, estoy bien, entiendan no me voy a romper. No soy de vidrio –ya su tono había cambiado a uno de reproche.

- Eso lo sé muy bien, sé que no eres débil, pero lo que me preocupa es que no demuestras lo que en verdad sientes –Kakashi tomo un tono serio.
Sakura respondió con un largo suspiro, medito su respuesta– Kakashi… tu sabes que la Sakura que todos conocían murió y fue enterrada hace tiempo –Sakura puso un semblante frío, se levanto y le dio la espalda a su ex- sensei– Al parecer la vida se ha encargado de echarle cada vez más tierra encima –dijo esto jugando con el vaso en su mano.

Se formo un silencio entre ambos, Kakashi veía a su ex-alumna tratando de descifrar sus sentimientos. Pero en efecto, no había rastro alguno de la pequeña que una vez conoció; esa que aunque no tuviera grandes habilidades ninja era el corazón del equipo 7. Ahora se daba cuenta que ese cálido corazón había sido reemplazado por uno frío y calculador gracias a lo que la chica había sufrido.
- Ya que veo que te encuentras bien… me voy. ¡Ah!, por cierto, no olvides ir a ver a Tsunade-sama, quiere hablar contigo.

- Si eso ya lo tenía pensado, de todos modos tengo que ir a dejar mi reporte de la misión en Suna.
- Nos vemos –se despidió con una mano y una sonrisa oculta bajo su máscara y despareció en un PUFF.

Sakura subió a su cuarto, se puso otra vez la ropa que llevaba puesta antes de hacer el aseo y partió a la torre de la hokage.



EN EL CAMPO DE ENTRENAMIENTO

Después de un muy buen rato de intercambiar golpes, patadas y un poco de sus técnicas especiales; se encontraban Naruto y Sasuke ya con la respiración agitada por el arduo entrenamiento, tirados en el suelo.
- Ya tengo hambre, dattebayo –se tomo su rugiente estómago.

- Hmp.
- Ven te invito a comer ramen en Ichiraku –expreso el rubio con una enorme sonrisa.

- Invitar implica pagar dobe.
- Por eso, yo te invito, yo pago esta vez.

- Eso tengo que verlo, no todos los días te ofreces a invitar la comida –le espetó el moreno en tono burlón y una media sonrisa.
- Ya, ya entendí teme –vio a su amigo con los ojos entrecerrados y un poco ¿ofendido? (N/A: XD, eso sí sería un milagro, Naruto siempre anda de gorrón)– Entonces vamos.

Los amigos se levantaron y se dirigieron a disfrutar de una rica comida, mientras conversaban sobre sus misiones o mejor dicho el hiperactivo rubio hablaba y su acompañante solo le dedicaba monosílabos o gruñidos por respuesta.



EN LA TORRE DE LA HOKAGE

Ya era de noche cuando salió de la Torre de la Hokage, después de haber estado toda la tarde con su maestra dándole detalles de su estadía en Suna. Siendo que la Hokage no se conformo con los hechos de la misión fue sometida a un interrogatorio sobre la vida social que hubo hecho.
- ¿Vida social? ¿Cuál vida social? Si me la pasaba en el hospital cuidando de mis pacientes –se cuestionaba mentalmente la pelirrosa.

- Pues no podemos quejarnos tampoco, mira que no nos aburrimos mucho –le recordaba su inner.
- ¿Cómo me iba a aburrir si el trabajo no se acababa? –uso un tono molesto.

- Oh, vamos pero si los dos últimos meses no trabajamos tanto, además aprendimos mucho –dijo su inner con un tono de doble sentido que no capto la kunoichi o mejor dicho que ignoro por completo.
- Tienes razón fue una buena oportunidad para aplicar y ampliar mis conocimientos médicos –anunció triunfal.

- Al final también creamos nuevos lazos.
- Es cierto, me alegra haber ido, así conocí mucho de los hermanos Sabaku no –Sakura dejo escapar una sonrisa melancólica al recordar al trío de hermanos y dejo salir un sonoro suspiro, con el cual da por finalizada su conversación mental con su inner.



EN ICHIRAKU RAMEN

- ¡Ah, qué buena estuvo la comida! –exclamaba Naruto sobándose la enorme pansa que se le veía después de comer tanto.
- Hmp –contesto Sasuke con una sonrisa casi imperceptible al ver el enorme barrigón de su amigo.

- Oye teme, tu no cambias –continuó un poco molesto el rubio por lo expresivo de su amigo– me alegra que sigas igual de comunicativo– termino con un tono sarcástico.
- Dobe… estoy cansado nos vemos mañana –se despidió el moreno de manera indiferente.

- Aa –asintió el rubio– que sueñes con los angelitos teme, a ver si no los espantas con tu cara de pocos amigos, jajajaja –soltó una carcajada mientras se alejaba corriendo de su amigo y despidiéndose con la mano en alto.
- Usuratonkachi –murmuro Sasuke y siguió su camino rumbo a casa.



Sasuke iba caminando con los brazos cruzados sobre su pecho, dio vuelta en una esquina y vio como una silueta caminaba en su dirección. Conforme se acercaba pudo distinguir una cabellera rosa, cuya dueña caminaba de una manera tranquila, despreocupada y con una ligera sonrisa en su rostro.

- Tsk –chasqueo la lengua– como siempre tan distraída –pensó el ojinegro– seguramente no cambio nada, sigue igual de débil –se notaba ¿molesto? Sacudió su cabeza tratando de alejar esos pensamientos– de todos modos a mí que me importa.
En ese momento la pelirrosa se percató de la presencia del que pasaba su lado, lo dudo pero se detuvo unos pasos adelante, siendo imitada por el moreno. Se formo un silencio incomodo para Sakura. Estando de espaldas, fue ella la que rompió el silencio, pero lo único que pudo pronunciar casi en un murmullo fue un –Bienvenido –y siguió su marcha al igual que Sasuke. Cada uno se dirigió a su casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario